Kung Food

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Raro. Así es como describiría el día de hoy.

Primero me levanté con una sensación extraña, era fin de semana, así que no tenía preocupación por tareas, luego Adrien se fue, dijo que Alya le había pedido de favor que fuera a ayudar a Marinette con algo, decidí no darle importancia a eso, y para finalizar, había recibido un mensaje de Chloé diciéndome que quería verme en el hotel.

Y ahí estaba yo, caminando hacia el hotel, sólo fue cuestión de cruzar una calle y llegué, vi que había una cerca que separaba a las varias personas y reporteros de la entrada.

Me acerqué con incertidumbre a la multitud sin saber exactamente qué hacer, cuando de la nada sentí que me jalaron del brazo.

—Hasta que apareces, Sancoeur —habló cierta chica rubia.

—Hola Chloé, también me alegra verte —contesté, estaba confundida, ¿Para qué me quería?.

—Sí, sí, como sea, ahora ven. —ordenó y yo la seguí.

Me atreví a preguntar. —¿Para qué querías que viniera? —fui directo al grano.

Ella resopló. —Bueno, necesitaba compañía, seré jurado en esta competencia de comida y... Sabrina estaba ocupada con un asunto familiar, ridículo, totalmente ridículo. —explicó y entró al elevador conmigo siguiéndole el paso.

—Y bueno... Tú eres la que menos me cae mal de la clase y vives cerca, así que supuse que tal vez serías buena compañía. —trató de restarle importancia a la situación.

Yo sonreí, que Chloé hubiera pensado en mí para acompañarla me hizo emocionar.

—Wow, gracias por pensar en mí, Chloé —expresé con emoción—, sabía que no te caía del todo mal. —comenté.

—No te emociones, ______ —dijo cruzándose de brazos—, sólo vamos a mi habitación por algo y regresamos abajo. —dijo, asentí, yo sabía que Chloé no era tan mala como aparentaba.

Una vez que entramos en su habitación ella rompió el silencio. —Bueno, en realidad también quería hablar de algo contigo. —dijo y se acercó a mí.

Tomó un mechón de mi cabello y lo examinó. —Cabello cuidado —luego me tomó por las mejillas y examinó todo mi rostro, abrió un poco mis párpados para observar mis ojos—, tus ojos no están mal, a ver sonríe.

Algo extrañada hice lo que me pidió, ella asintió llevándose la mano a la barbilla y mirándome de arriba abajo. —No te vistes tan mal, bueno, te ves bien, al menos físicamente. —dijo.

Mi cerebro hizo un corto circuito. —¿Perdón, qué? —cuestioné.

—Mira niña, no soy tan tonta como muchos piensan, y bueno, no hay que ser tan listos como para darse cuenta que traes babeando a mi Adrien-Boo.

Okey, ya me dio miedo, creo que correré ahora.

—Lo que intentó decir es... Nunca lo había visto enamorado, y eso que lo conozco desde que éramos niños, en parte es porque su papá casi nunca lo deja salir pero —puso sus manos en mis hombros—, sólo... Sólo quiero verlo feliz, soy su mejor amiga, sé que ha pasado por cosas difíciles, y bueno, tengo que encargarme de que su futura novia sea increíble y no ridícula.

—Chloé, yo... —ella me interrumpió.

—No mentí cuando dije que eres la que menos me cae mal del grupo, y sí quería compañía, lo de Sabrina tampoco lo inventé, pero de esto quería hablar —hizo una pausa—, le gustas a Adrien-Boo, y quiero que sea feliz.

Sentí una pequeña carga irse de mí, no era que necesitara la aprobación de Chloé, sin embargo esto me había hecho ver que ella es alguien que se preocupa por la gente que quiere.

Unidos Por Un Misterio (Chat Noir/Adrien y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora