Reflekta

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Era el día de la fotografía en la escuela, así que todo mi grupo y yo estábamos en el patio a la espera de nuestro turno para ser fotografiados, y como quería verme bien en la foto, debatía sobre si peinarme o no a la vez que miraba mi reflejo en la pantalla de mi celular.

Ocasionalmente compartía miradas fugaces con Adrien, habían pasado 72 horas exactas desde que sentimos la misteriosa unión y que habíamos confesado nuestros sentimientos... Bueno, lo único que él no sabe es que yo sé que él es Chat Noir.

Y debía decir, que me sentía mucho más feliz desde ese día, digo, en esa noche después de que Chat me dejó en mi habitación, bajé a la cocina por un vaso de agua y bueeeno...  

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Hace unos días

Que momento tan mágico había vivido, Adrien y yo confesamos nuestros sentimientos, y nos besamos, y descubrimos que algo nos estaba uniendo, estaba emocionada, sentía en todo mi interior un revoloteo, y mi sonrisa no abandonaba mi rostro.

Comencé a tararear una canción, y decidí bajar a la cocina por un vaso de agua, salí de mi habitación cantando y bailando un poco, claro, estaba haciendo eso ya que nadie me veía.

—~The night we met I new I... ~—canté, fui por mi vaso con agua y al salir una voz me llamó.

—Hija, ¿Estás bien? —era mi mamá.

Yo sonreí y me acerqué a ella. —Estoy más que bien —dije con alegría y le di un abrazo.

Creo que eso la tomó por sorpresa, pero escuché que soltó una risita y me devolvió el abrazo. —Ya extrañaba verte así de alegre, cariño. —expresó.

—Puede que me veas así por un laaaargo tiempo. —dije con emoción.

Ella se acomodó los lentes y sonrió con sinceridad. —Me alegra oír eso —dijo—, esta es en verdad quien eres tú, alegre. —habló, y pues sí, yo también sentía que poco a poco iba recuperando mi chispa.

—Bueno, buenas noches mamá, te quiero muchísimo. —dije y le mandé un beso con la mano a la vez que me iba alejando y volvía a cantar la canción.

—Yo también te quiero muchísimo, hija —me respondió, volteé a verla y ella tenía una sonrisa en su rostro.

Antes de entrar a mi habitación, Adrien salió de la suya, y nuestras miradas se cruzaron, no pude evitar sonreír ampliamente y sentí que mis mejillas se coloraron, al igual que las de él, no dije nada, sólo entré a mi habitación.

Cerré la puerta y me dejé caer sobre mi cama.

—Sip, definitivamente estoy enamorada.

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Sacudí mi cabeza al recordar esos momentos y volví a enfocarme en el presente. —¿No se ve mal? —le pregunté a mis amigos, había atado mi cabello en una coleta con algunos mechones sueltos—, es que casi nunca me amarro el cabello y siento que me veo rara. —expliqué.

—No, te ves súper bien —afirmó Nathaniel.

Pero yo no estaba muy segura de mi peinado. —Umm, no, mejor no —murmuré, y desaté mi cabello, el cual cayó sobre mis hombros.

Unidos Por Un Misterio (Chat Noir/Adrien y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora