2. Fix you

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Arriba en lo alto o por abajo
Cuando estás muy enamorado como para dejarlo ir
Pero si nunca intentas, nunca sabrás lo que vales
Las luces te guiarán a casa e incendiarán tus huesos
Y yo intentaré arreglarte





Carlos

La vibración de mi celular sobre mi escritorio hace que me levante de golpe, al instante me arrepiento, pues un fuerte dolor aparece en mi cuello. Dormir encima de mi cuaderno y mis lápices no es para nada cómodo.

Mientras me llevo una mano al cuello, con la otra me voy poniendo los lentes, al rato ya estoy tomando mi celular y veo tres mensajes de mi única hermana, Valeria. 

Val 💟:
—Abe la puefrta
Ya estoy afuefsa
Apuarte

Ni me molesto en releerlo, dejo el celular a un lado y tomo las llaves de la casa.

Mi hermana había salido de fiesta, me dijo que quería que la ayude a no ser descubierta cuando regrese. No es la primera vez, que haya llegado casi a las cinco de la mañana no me sorprende.

Mamá está en turno de noche en una clínica, es obstetra, así que nos dejó con nuestro papá, quien ahora debe estar como una tumba, de seguro se acabó todo el Six Pack de cerveza que compró ayer.

Bajo al primer piso tambaleando por el sueño, al llegar, intento no hacer ruido, pues papá duerme aquí, en un cuarto alejado.

Una vez que abro la puerta, veo a mi hermana casi que cerrando los ojos. Está despeinada, como si le hubiesen pasado un peine por su cabello y este es crespo. Su vestido negro pegado está un poco más arriba de donde le llegaba antes de salir de casa y su maquillaje —en especial el de los ojos— está corrido.

De un jalón la hago entrar y hago que se apoye en mí, para no caerse. Hago un esfuerzo por no taparme la nariz, el olor a alcohol podría distinguirse a kilómetros.

Con mucho cuidado subo por las escaleras de metal en espiral. Yo también parezco medio borracho, pero por el cansancio.
Una vez dentro, la llevo hasta nuestro baño, abro el caño de la bañera para que esta se vaya llenando. Dejo a mi hermana allí y salgo, dispuesto a esperar a que se termine de bañar. Sin embargo, a los pocos minutos, cuando ya me estaba quedando dormido arrimado en la pared, ella dice:

—Carl, ayúdame —apenas y puede pronunciar las palabras.

Me meto al baño con la mirada baja, luego de escuchar un "Sí puedes mirar" la levanto lentamente, lucho por no quedarme dormido. Veo a Valeria sentada en la bañera, sus brazos rodean sus piernas y el agua le llega hasta los hombros. Está casi dormida.

Me acerco al caño para cerrarlo, pues el agua está a punto de desbordarse. Acto seguido pongo un poco de shampoo en mis manos y comienzo a frotarlo sobre su cabello greñudo. No han pasado ni treinta segundos cuando noto que Valeria está llorando. No digo nada, ya he pasado por esto con papá, lo mejor que se puede hacer en estas situaciones es quedarse callado y dejar que ellos se desahoguen todo lo que quieran. 

Valeria es solo un año mayor que yo, está en cuarto año ¿Yo también me veré así de acá a un año? Espero que no, si yo me vuelvo como mi hermana y como papá, no habrá quien los cuide y no creo que a mamá le guste verme en ese estado. A Dios tampoco le gustaría, me pregunto qué debe pensar de papá, él es un fiel creyente, sin embargo, no actúa como tal. Valeria por otro lado, ha expresado ser atea... ¿Dios la castigará por eso? ¿Castigará a papá? ¿Y a mí? No es como que yo sea el más santo, desearía serlo, desearía no tener ciertos pensamientos impuros.

SOLO AMIGOS (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora