Sigo buscando algo que no puedo conseguir
Corazones rotos yacen a mi alrededor
Y no veo una manera fácil de salir de esto...Carlos
Nunca he sido alguien bueno en actividades sociales. Digo, hablar en público se me da bien, dirigirme hacia alguien de forma respetuosa también, pero si con actividades sociales nos referimos a amigos que viven la vida loca, novias y toda la chacotera, pues me va de la mierda. No estoy orgulloso de eso, a veces quisiera poder relacionarme sin tener que estar practicando lo que diré, sin tener que ver que cosas debo o no debo decir y no cagarla con algún comentario estúpido que haga.
Jake solía apoyarme con eso, me daba consejos para poder conseguir más personas con quienes socializar, incluso me invitaba a salidas con sus amigos fuera de la escuela para poder conocerlos y así expandir mi círculo social. Es una lástima que al final del día solo confirmaba que no podía encajar, lo bueno es que a él nunca le importó que no actuara como sus otros amigos, y realmente nunca sentí que lo incomodara, por el contrario, siempre ha expresado lo mucho que disfruta el tiempo conmigo aunque eso a veces sea que esté haciendo cosas con su compañía pero sin hablarle.
Me pregunto si tal vez solo fue por pura costumbre que estaba conmigo.
"¿Tú eres como medio rarito, no?... Por eso me caes bien"
"A veces creo que eres el único amigo de verdad que tengo"
Sus palabras se me pasan por la mente una y otra vez cual bucle que no puedo parar. Tampoco quiero hacerlo, me resulta reconfortante recordar aquellos momentos, o al menos hasta que ese hermoso recuerdo se transforme en algo distante que probablemente no vuelva a ocurrir.
—¡Avancen, jóvenes! —ordena el prefecto Dylan, es un hombre mayor, regordete, de piel oscura y cabellos rizados mal cuidados. Suele ser bastante cascarrabias, se la vive con sus cejas fruncidas y la cara roja.
Estoy en la fila de los hombres esperando a que nos dejen salir, es muy incómodo tener que mantenerse buen rato en un lugar con hombres que huelen mal al haber sudado tanto por el caluroso y húmedo clima de mi ciudad. Sin contar que a varios, Rexona ya los abandonó.
—¿A qué hora será el tono? —le pregunto a Paul mientras intentamos evitar que nos empujen los otros chicos. Somos altos, a los de primero se les dificulta siquiera movernos de nuestro lugar.
—Ocho.
—Asu...
—¿Por qué? ¿Se pasa de tu hora de dormir? —se burla con esa sonrisa ladina que ya me grabé después de tantas burlas.
—No, es que... ay no sé.
No sé si mamá tenga tiempo de llevarme y recogerme, sin contar que la casa de Junior queda en el puto San pincho, unos kilómetros más y llego a Lima.
—¿A ti quién te llevará? —pregunto.
—Iré con Marco, su papá nos llevará.
—Oh, ¿Ya son amigos?
—Sí, es chévere —sonríe al decirlo—. Deberían ser amigos, tal vez te ayude con tu... problemita.
—¿Qué?
Antes de que pueda responder, Dylan vuelve a gritar que avancemos. Primero deja salir a un grupo de chicas, luego a uno de chicos y así hasta que toda secundaria sale sin aplastar a los de primaria o inicial.
Camino con mi amigo hacia el portón de salida. Este se va amarrando su cabello, que ya le llega hasta más abajo de la nuca, con una liga.
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SOLO AMIGOS (BORRADOR)
Ficção Adolescente"Entre broma y broma, la verdad se asoma..." Jake y Carlos son adolescentes de catorce años que viven en una ciudad ubicada en la selva Peruana. Todo era relativamente normal, hasta que su amistad, que se formó cuando tenían tan solo siete años, emp...