SOLO AMIGOS (BORRADOR)

8. Good old fashioned lover boy

Me gustaría que tú y yo tuviéramos un romance
Di la palabra, tu deseo es mi orden
Ooh, amor, ooh, mi amante
¿Qué vas a hacer esta noche?
Oye, chico
Escribe mi carta, siéntete mucho mejor
Y usa mi elegante charla por teléfono...

Carl

Desde que le dije a Ester aquello que ha estado rondando por mi mente desde ya hace buen tiempo, lloro todos los días al saber que en cualquier momento se lo puede decir a alguien y no es solo por eso, también porque no me gusta. No me gusta ser así, no me gusta saber que probablemente me gusten los hombres.

Lo odio.

Me odio.

No entiendo como para algunos es tan fácil decirlo o aceptarlo si quiera, es como... no sé, ¿Por qué a ellos no les causa asco? ¿Por qué no les da temor? Yo tengo mucho miedo, sobre todo por mi familia, no deseo que se enteren que soy... eso.

No. Yo no soy como esa gente, solo estoy confundido.

Desearía decir lo mismo con Dios, decir que no quiero que se entere, pero él lo ve todo, así que lo más probable es que ahora esté eligiendo mi lugar en el mismísimo infierno.

Esa idea hace que quiera llorar aún más.

Por culpa de este problema no me fue bien en la primera semana de exámenes de este año. En gran parte de mis pruebas saqué de diecisiete para abajo, eso no está bien, mi promedio tiene que ser de veinte si no quiero perder la beca.

—¿En serio te quejas por un diecisiete? Yo saqué de once para abajo oe —me dice Paul mientras alistamos nuestras mochilas para salir.

Él no entiende, en su vida ha sacado buenas notas.

—No le hagas caso —me dice Jake—, mira, todo estará bien. Tus notas en clase y tus participaciones también cuentan, vas a sacar buenas notas.

Asiento, pero sigo preocupado. Todo me preocupa, sobre todo el hecho de que mañana iré de viaje en carretera y llevaré a Jake conmigo.

Dormiremos juntos.

En un cuarto.

No puedo más.

Lo único bueno es que tendremos camas separadas.

A veces creo que Dios se puso en mi contra, es como si quisiera ponerme en varias situaciones extrañas con Jake para ver si despierta algún tipo de deseo en mí.

Lo que me caga, es que a veces sí funciona.

Observo a lo lejos a Ester, me pongo nervioso cada que la veo hablando con su mejor amiga, Raquel. Siento que le está contando lo que le dije.

—Oigan —habla Paul, regresándome a la realidad.

—¿Qué fue? —pregunto.

—¿Conocen a un tal Marco Carbajal? —pregunta.

Jake y yo asentimos al mismo tiempo.

—Es que me mandó solicitud en Ig —dice Paul.

—Es mi amigo. Acéptalo, es chévere —le recomienda Jake.