Capítulo 38

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Creo que se acerca el fin y con eso el epílogo.
Si quieren algo específico en el no duden en mandarme un mensaje por privado.
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"Nunca me iré"

POV Mia

El día siguiente

-¡Ya párate Mia!-se quejó.

Tapé mi cabeza con mi almohada.

-No me puedes ignorar. Te tendrás que levantar de igual manera porque nos vamos.

Alcé la cabeza con el ceño fruncido.

-¿Qué? ¿No te acuerdas?

Negué.

Vico miró a su reloj.

-Nos vamos en más o menos dos horas. Pasaste la ultima noche aquí como un perro triste.

-¿Tan rápido paso el tiempo?

Vico asintió.

-Pasa rápido cuando te pierdes en tu pensamiento.

Suspire.

-¿Vas a hablar con ella?-preguntó.

-No se, aún no quiero. Me da miedo lo que me vaya decir.

-Pero tu quieres estar con ella, ¿no?

-Si...-asentí.

-¡Pues ve a hablar con ella!

-¡No! ¡No quiero saber su respuesta!

-¡Mia, saca la cabeza de las nubes y ve a buscarla!

-¿No se supone que sea ella la quien me busque? Ella metió la pata.

-Si pero tú le dijiste que te dejara sola y eso es lo que ha echo-se encogió de hombros.

Eso era cierto. Le dije, bueno le grité que me dejara sola y aunque ella fuera impulsiva, siempre ha sido una mujer de respetar mis deseos.

Unos toques en la puerta interrumpieron los pensamientos.

Vico y yo intercambiamos una mirada. Ella se levantó de su cama y contestó la puerta.

Mis ojos se abrieron como platos al ver quien era.

Ella dio una media sonrisa.

-Mia, ¿podemos hablar?

Vico volteó a verme con pánico en sus ojos.

-Es importante-añadió.

Un nudo se instaló en mi garganta.

La miré indecisa, pero sus ojos insistían.

Con duda, con mi mirada le indiqué a Vico que la dejara pasar.

Vico la dejó pasar.

-Bueno yo... las dejo sola-dijo Vico antes de salir y cerrar la puerta detrás de ella.

Unos segundos incómodos pasaron.

-¿Como sabías que este era mi cuarto?-rompí el hielo.

-Con algunas preguntas, no fue tan difícil encontrarlo.

Después de un momento de silencio, hablé.

-¿Que quieres?-pregunté directamente.

Ella suspiró.

-Es de lo que viste-hizo una pausa. -Mia, Roberta y yo no nos acostamos.

-Si estás diciendo eso para guardarle cara no gastes tiempo, que no lo quiero oír.

Entre Amor y Caprichos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora