Bag Full Of Dreams ||YoonMin||💛 EN EDICIÓN.

Give a little kiss, will you huh?

Al bajar las escaleras en descenso al infierno, me quedé asombrado con lo que mis ojos veían: pues el infierno era muy brillante y lleno de vida, con gente riendo de aquí para allá con sus ropas elegantes de colores llamativos con pedrería colgando de sus cuellos. Los hombres en sus elegantes trajes alegres de muchos tipos, ya casi ninguno traía saco debido al calor del lugar, el cual aumentaba con los energéticos bailes de los jóvenes en la pista en medio de todo. Las chicas movían sus piernas enloquecidas y hacian que sus faldas con holanes se levantarán y bailaran junto con ellas. No había un alma quieta por ningún lado, todas formaban parte de aquella fiesta.

—Vaya, esperaba encontrarme un cuchitril pero este sitio es enorme. Mejor que muchos salones que he conocido —escuché a Thomas comentar cuando llegamos junto a él cerca de las escaleras. Algo así escuché porque la banda tocaba muy fuerte.

—¡Acopañenme a nuestra mesa! —pidió John.

—¡¿Qué?! —gritó JiMin ante de hecharse a reír.

—¡Qué vamos a nuestra mesa! —nos mostró el camino—. Escogí una casi al fondo para no estar tan cerca del ruido y poder hablar con usted —le dijo a Thomas eso último.

—¡Perdón, qué dijiste! —este se le acercó más para escucharlo.

—¡Nada!

Los tres lo seguimos intentando esquivar con mucho trabajo a todas las personas en frente de nosotros, como ya dije, todas estaban moviéndose de un lado a otro y ya estaban un poco ebrias. Yo en el camino perdí la vista en la pista de baile con las parejas que gastaban sus suelas en el charleston y la banda que lo daba todo justo como los demás. Sonreí contagiado de la alegría, además que yo no sabía bailar y quería que me enseñaran el charleston. Todo eso y mi curiosidad al ver tantos instrumentos representativos del Jazz frente a mi.

—¡Es fantástico! ¿Cierto? —JiMin dijo a mis espaldas.

—¿Eh? ¡Sí, jamás habia visto algo así!

—¡Te dije que te traería a una fiesta de verdad!

—¡Vaya que lo es! —al voltear un poco hacia atrás lo vi que pasaba a duras penas entre las grandes espaldas que lo aplastaban, entonces estiré mi mano a donde creí que estaba la suya y la tomé para que no se quedará tan atrás—. ¡No te sueltes!

Me miró, sonrió y asintió, yo hice lo mismo y volví mi mirada al frente.
Jonathan y Thomas ya habían llegado a la mesa con nosotros dos un poco después.

—Bien, ¿Qué les parece? —preguntó John una vez todos ahí. Aún se escuchaba un poco fuerte así que no dejamos de gritar en toda la noche.

—Es perfecta —dijo JiMin.

—Yo también la veo bien —dije.

—¿Thomas? —Jonathan lo miró como si su opinión fuera la única que en realidad esperaba.

—Es sólo una mesa después de todo —fue el primero en sentarse.

Los demás también. JiMin y yo nos soltamos de repente cuando nos dimos cuenta que seguíamos tomados de las manos, reímos al mirarnos y luego a nuestros al rededores.
Potato Head Blues terminó. El salón entero aplaudió, muchos fueron a sentarse.

—De acuerdo, bajaremos un poco el ritmo para que puedan respirar —dijo el hombre que tocaba una de las trompetas principales con un acento sureño—. Pero no se relajen por completo que esto no se acaba hasta que ya no sientan los pies.

Escuché a muchos reír, aplaudir una vez más, suspirar así como también pedir que siguieran, sólo que la banda se disipó para tomar un merecido descanso. Aunque la música acabara, el ruido seguía, después de todo era una fiesta.