Bag Full Of Dreams ||YoonMin||💛 EN EDICIÓN.

With You

—Debería ir a verlo —me preocupe al instante y estaba a punto de caminar hacia la habitación.

—Si quieres inténtalo, cielo, pero no quiere abrir. Rompió su carta y se encerró —me mostró los papeles rotos en el piso.

—Deje voy...

A lo mejor a mí sí me quería ver.

Al dar la vuelta al pequeño pasillo, toqué la puerta con suavidad.

—Hey, soy Jami —le hablé de la misma forma—. ¿Puedo pasar? —no me respondió—. Oye, nos tienes a todos con el pendiente, quiero platicar contigo. Por favor ábreme...

Nada.
Dejé caer mi frente en la puerta tras suspirar: ¿tan mal se encontraba? Aunque bueno, si yo hubiera estado en su posición hasta habría huido.

¿Y sí huyó?
Esa idea comenzó a dar vueltas por mi cabeza. Decidí asegurarme antes de preocupar a sus padres, así que me alejé de la puerta y camine de vuelta a la sala.

—¿Qué te dijo? —la mujer recobró postura.

—Ah, tampoco me quiso abrir.

—Te dije —se dejó caer otra vez.

—Tenía razón. Mientras iré a darme una vuelta por ahí, a ver si cuando regresé ya se siente mejor.

—¿No te vas a quedar a cenar? —el hombre me preguntó.

—Probablemente no.

—¿No te parece que estás saliendo muy seguido?

Sí, ¿por qué?— Eh... n-no tanto.

—Como no, a penas y te he visto desde que vives aquí, ¿por dónde te paseas?

A usted qué le importa—. Ah, tengo unos amigos y quedo con ellos. Viven a unas tres cuadras de aquí, no ando muy lejos —le sonreí.

—¿Sabes si son de fiar? No los vayas a traer a la casa hasta que te asegures de eso. También trata de no andar saliendo tanto, tal vez no te lo mencioné pero este apartamento no es un hotel.

—De acuerdo.

—Tampoco se los presentes a "Tu Querido Amigo" ya sabes, es muy influenciable.

—Le pido una disculpa y trataré de no hacerlo tan seguido —no quité mi falsa sonrisa hasta que logré salir de ese horrible lugar.

Entonces una vez afuera estaba lloviendo a cántaros.

—¡Ay, no otra vez! —gruñí hacia el cielo—. ¡Malditas épocas! —sentía molestia en mi cara debido a los golpecitos de las gotas.

Caminé con fuertes pisotones a la parte de atrás por donde estaban las escaleras de incendios. A pesar de no poder ver bien por la lluvia, me aventuré a subir con todo y eso. Aunque claro, los plegones no faltaron. Subí hasta la última parte del edificio ya que ahí estaba él apartamento y avancé con cuidado por el angosto pasaje hasta dar con su ventana, quise abrirla pero estaba cerrada.

—¡Tiene que ser una maldita broma! —grité pero ni siquiera yo me escuché.— Te juro que si estás ahí adentro... —golpeé con todas mis fuerzas.

La ventana se abrió y lo primero que vi fue su cara estupefacta.— ¿Jami?

—No, soy el maldito Santa Claus, déjame pasar —cubría con mis manos todo lo que podía de mi cara.

—Sí, perdón, entra —se hizo a un lado no sin antes darme la mano para ayudarme a pasar—. ¿Crees que soy tonto? Santa Claus no entra por la ventanas —bromeó con una sonrisa floja.