11. ANGY

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Sabes que un día va a ser especial cuando estás nerviosa desde que te levantas, escoges los aros más grandes de tu joyero y te maquillas tanto que pareces una persona completamente distinta. Entonces, te miras al espejo y piensas: Hoy sí. Y es que hoy es el día más importante en la vida de una mujer, que no es (evidentemente) el día de su boda, no. El día más importante de una mujer es el día en el que ves a tu mejor amiga, tras un mes de larga espera y además, va a visitar tu casa. Tu primera casa. Es cierto que me siguen manteniendo mis padres pero ya no vivo con ellos. Eso cuenta.

Al terminar de prepararme, salgo como un resorte hacia el salón luciendo un vestido que me compré en las últimas rebajas.

–Me tiembla todo el cuerpo, pfff... ¡Al fin va a venir Angy! No me lo puedo creer... He soñado con este momento desde que entré por la puerta de esta casa.

Ruby me mira por encima de su teléfono con aburrimiento desde el sofá. Coge el mando de la televisión y cambia con desinterés de canal.

–¿Ah, sí? Me alegro un montón por ti.

–¿Tu no piensas eso de tu mejor amiga?

–Hace mucho tiempo que no tengo "mejor amiga".

–¿Por qué?

–¿Te interesa de verdad o solo estás llenando el tiempo hasta que llegue Angy? –Su pregunta va cargada de condescendencia y eso hace que me sienta fatal.

–¿Y eso a qué viene?

–A nada.

Se levanta del sofá sin dirigirme la mirada, como si le estorbarse y frunzo el ceño. Voy a seguirla hasta su habitación pero ella me cierra la puerta en la cara sin darme tiempo a preguntar si todo está bien. Aún así, nada me lo impide y me meto sin preguntar.

Desde que empecé a vivir aquí, que ya hace dos meses, no había entrado en la habitación de Ruby y he de admitir que es igual a como me la imaginaba: muchos detalles en rosa, un gran tocador lleno de maquillaje y ese olor tan dulce que siempre le caracteriza. Hay personas que son un libro abierto pero Virginia Rubio directamente es transparente.

–¿Qué te pasa?

–¿Te importa lo que piense? –Pregunta clavando sus ojos en mí por primera vez en toda la mañana. –Increíble.

–No seré yo la que te diga que no uses el sarcasmo; es mi defensa favorita pero creo que la única forma de que sepa si he hecho algo malo, es hablando.

Ella empieza a hacer rulos con su pelo en un gesto nervioso. Sus azules ojos están tristes y poco a poco empieza a llenarse de lagrimas. Me quedo completamente en shock, sin entender nada, sobre todo cuando se encoge en su cama y mete su cara entre las rodillas. No reacciono en un primer momento pero después me siento en la cama, a su lado.

–Ruby, ¿qué pasa? ¿Ha pasado algo?

–No... Está todo bien... Solo... Soy yo.

–¿Quieres que te deje tranquila? –Le pregunto intentando levantar su cara para quitarle las lágrimas.

–No... Yo... Me da vergüenza decírtelo.

–¿Te ha hecho algo mi hermano? Porque si es así, le mataré.

–¡No! ¡No! Nada de eso. –Ella suspira y me mira con sus ojos todavía llenos de lagrimas y con el rímel ya por las ojeras. –Simplemente... Yo... –Coge aire y me sonríe. –Eres la primera amiga de verdad que tengo y eso que nos conocemos desde hace dos meses.

–¿Y lloras por lo que te ha tocado aguantar?

Ruby se ríe y se quita con la manga de su pijama las lágrimas dejando un rastro negro por el maquillaje. Niega con la cabeza y se encoge de hombros.

SI TE ATREVES  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora