16. Eterno

629 71 6
                                    

Sus labios van hasta mi cuello donde dejan un mordisco que me hace temblar. Yo echo la cabeza hacia atrás dejando que me devore, que me muerda, que me caliente más. Sin siquiera pensarlo, llevo mis manos hasta sus brazos que aprieto con fuerza. No imaginaba que su piel estuviera tan suave ni que solo tocarle me produjera una corriente que subiese por mi médula.

Los cinco minutos ya han pasado pero nadie viene a por nosotros. Los besos de Moisés hacen que el pulso se acelere y que sienta más calor; un calor que solo él puede solucionar.

–No quiero hacer nada que no quieras, mocosa. –Susurra contra mis labios. Yo lo miro y por primera vez en mi vida, me inspira confianza. Por primera vez, me siento preparada para lo que sea, incluso para el fin del mundo. Sus manos van hasta el tutú negro que llevo y pasa su mano fría (no entiendo por qué siempre tiene frías las manos) por mi pierna, subiendo hasta mi tanga negro. Noto como me mojo cada vez más, como con cada beso, cada roce de su piel contra la mía, las ganas aumentan. Sus dedos terminan por colarse en mí y suelto un gemido al que le sigue otro por el juego de sus dedos en mi interior. Él y yo nos miramos fijamente. Sabe que quiero más; que necesito más, por eso, empieza a mover sus dedos con más rapidez llevándome cada segundo que pasa más cerca del orgasmo. Empiezo a notar ese cosquilleo que solo yo me he provocado, pero mucho más intensificado y cuando siento que voy a correrme...

–¡¡¡AAAAAAAAAAAAHHHH!!! –Chillo nada más abrir los ojos. Estoy sudando como un pollo, tumbada en mi cama, en mi casa y sola: ¿QUÉ ACABO DE SOÑAR? Ruby entra en mi habitación, con una bata de seda negra  a medio poner y con tal cara de susto que parece haber visto un fantasma.

–¡¿Qué pasa?!

–Una pesadilla. He tenido una pesadilla.

–¿De qué?

Miro de reojo a Ruby e intento inventarme cualquier cosa antes que contarle lo que realmente he soñado. Tengo que tragar saliva. Pero, por suerte, llega mi salvación.

–¿Qué es este escándalo? –Pregunta Angy con una cara de dormida que cualquiera diría que sigue en la fase REM.

–¡Esto es una invasión a la privacidad! –Contesto tapándome con la sábana el cuerpo.

–Oh. Eso es que ha tenido un sueño erótico. –Dice Angy frotándose los ojos y estirándose mientras bosteza.

–¿Con quién? –Pregunta Ruby mirando a mi mejor amiga expectante.

–Por la vergüenza que reflejan sus ojos puede ser desde Papá Noel hasta un profesor.

–O Moisés.

Intento poner cara de póker para que nadie, ABSOLUTAMENTE NADIE, pueda ver reflejado ni por un segundo que efectivamente he tenido un sueño erótico con mi peor enemigo. Y menos delante de Ruby que con total seguridad, es la mayor fan de MOISALEX.

–¡OH DIOS MÍO! ¡No se me había pasado por la cabeza! –Grita Angy echándose para atrás su largo pelo negro como el carbón y sin parar de reírse. –¡Tienes razón, tía! ¡Ha soñado con Moisés! Sino, ya lo estaría contando, todos sabemos que tiene la boca como un buzón.

–¿Y cómo la tiene, Álex? ¿Está bien dotado? –Se ríe Ruby. Lanzo un cojín intentando darle pero ella consigue esquivarlo.

–Seguro que le llamaba demonio y le pedía que le arrastrara hasta el infierno. O que bajara él solito, ya me entiendes.

–¡Cuéntanos! ¡No puedes dejarnos así! ¿Te daba azotes con el tridente? Seguro que piensas que está que arde.

–Se ha levantado echando fuego.

SI TE ATREVES  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora