23. No Te Va a Gustar

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Hay veces que te sientes tan perdida que no estás segura de nada. No sabes lo que sientes, no sabes en qué pensar ni quién eres, solo sigues con tu vida y esperas que en algún punto se solucione mientras no buscas solución. Sigues tu rutina como si por dentro no sintieras nada, como si no te hubieras roto, pero no es así.

Ya han pasado dos semanas desde el partido. Nadie ganó porque se canceló después de que nos fuéramos, pero yo sí perdí, me perdí a mí. Jamás pensé que la opinión que tuviera el demo... Moisés de mí, fuese a importarme tanto.

No he vuelto a saber de él y si ni quiera nos hemos cruzado por la Universidad, lo que me parece raro ya que su edificio y el mío están cerca. Aunque, he de admitir que lo prefiero porque tampoco sabría muy bien qué decirle.

En las redes sociales tampoco nos han dejado respirar. El vídeo de Moisés botando la pelota y saliendo de allí corriendo y yo detrás de él se ha hecho casi más viral que cualquier otro: da igual en la red social que me meta, en Twitter todos está lleno de memes como "Cuando tu amiga te dice que ha vuelto con el tóxico de su ex" o "cuando tu familia pide cena un día que no estás en casa"; en Instagram solo hay vídeos con caritas tristes y corazones rotos y en Tik Tok... Bueno, ahí me he encontrado de todo.

Ruby intenta animarme poniendo películas de mierda que va encontrando por Netflix pero no sé siquiera lo que necesito, aunque al menos consigo reírme o quedarme tan impactada que dejo de pensar en algún momento.

El timbre de nuestra casa suena y la mirada de Ruby lo dice todo; hay algo que ha hecho que yo no sé. Dudo mucho que se pudiera dedicar al crimen porque con esa cara de culpa, la pillarían tan rápido que no le daría tiempo ni a pestañear.

–¿Por qué no abres tú, Álex?

Por lo bajo, mientras voy a la puerta, le hago burla "¿Por qué no abres tú, Álex?". Pero mi sorpresa llega cuando abro y no veo a nadie conocido sino a un chico pelirrojo, alto y bastante cañón. Le miro de arriba a abajo y después miro a Ruby desconcertada.

–¿Me habéis contratado un stripper?

–¿Qué?

Ruby viene corriendo hacia la puerta y mira al pelirrojo igual que yo.

–¿Y tú quién eres?

Él nos da su mano y sonríe con cierta dulzura.

I'm Derek.

–Ostia puta. –Gruño al recordar que ya había visto esa cara escultural antes. Es el hermano de Riley. De fondo, escucho un grito ahogado y la tercera en discordia nos arrolla, dándole un gran abrazo a 'Derek'.

–Gracias por venir, te echaba de menos. —Dice Riley en un perfecto inglés. –Ellas son Ruby y Álex.

Las dos sonreímos como dos idiotas y le damos la mano al susodicho. Dios mío. Estos hombres en España no existen.

–Gracias por cuidar de mi hermana.

Esta vez Derek habla en español con tal acento que cuesta entenderle pero tanto Ruby como yo soltamos un "Ooooh, que mono". Le seguimos con los ojos hasta que escucho el ruido del ascensor que viene del rellano y veo a mi hermano salir de él con un gorro negro horroroso y una bufanda a juego.

–Toca terapia de hermanos.

–Prefería al striper. –Le digo a Ruby por lo bajo y tanto ella como yo nos reímos cómplices.

–¿Qué has dicho?

–Que te quiero.

Noah parece no entender nada pero entra en el piso y cuando ve a Derek, frunce el ceño.

SI TE ATREVES  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora