Prólogo

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–Papá ya no llores– Se acercó la pequeña a su padre para abrazarlo desde un costado de aquel sillón donde se encontraba sentado llorando. La esposa del hombre y madre de la niña hace unos días atrás había decidido que ya no quería vivir más de esa manera y terminó despidiendo a su pequeña y al que se pasaba en llantos silenciosos desde que los abandonó en aquel rancho.

El hombre se levantó después de haber limpiado bruscamente las gotas que resbalaban desde sus ojos hasta que terminaban en su rasposa barbilla. Empujó levemente a la pequeña ignorándola y caminó fuera de aquella casa prometiéndose ser la última vez que derramaba lágrimas por la que fue su esposa hasta que decidió dejarlos.

–ordena tu habitación Jeongyeon– dijo mirando a la niña cuando cruzó por la puerta.

*

Con su ropa llena de tierra y ayudando a llevar las herramientas que le pedía llevar su padre, la pequeña Jeongyeon se encontraba quejándose bajo el sol, llevaba puesto un overol con un pequeño estampado de auto en una bolsita en el medio de este, cargaba ahí un paño por decisión propia para limpiarse el sudor.

–Ya estoy cansada papá – se detuvo para limpiarse las gotas que escurrían desde su cabello y con sus manos sucias se quitó el pequeño sombrero que llevaba para echarse aire y acomodar su mediano cabello detrás de sus orejas.

Con molestia su padre se quedó observando el movimiento de la niña al forcejear para acomodarse el cabello, por un momento recordándole a la madre de la niña –Tu cabello está muy largo, mañana lo recortaremos– le dijo su padre –Apresúrate, entre más tiempo pierdas más tarde terminarás.

Triste por su próximo corte de cabello Jeongyeon se puso de nuevo el pequeño sombrero. Recordando como su madre cepillaba su cabello después de bañarla, con un nudo en la garganta avanzó de nuevo detrás de su padre.

*

Miraba su reflejo desde una ventana, su padre negó su petición de cortarle el cabello en el baño para poder ver en el espejo como quedaría y la niña tenía ganas de llorar al ver la lluvia de cabello recortado caer al suelo.

–He terminado– el hombre bajó a su hija de la barra donde la había sentado –Recoges aquí, iré a preparar la cena.

Con las lágrimas que había aguantado y fallando al final, Jeongyeon juntó su cabello en un puño y lo tiró en la basura de su cocina.

Sin que su padre la viera entró al baño y se echó a llorar cuando pudo verse mejor en el espejo. Su cabello había sido cortado como el de un niño. Se limpió las lágrimas lo mejor que pudo dándose consuelo mientras pensaba que unos meses su cabello volvería a crecer, desconociendo los planes de su padre. Cortando su cabello y vistiendo a su hija como si de un niño se tratara, el hombre quería dejar de ver el reflejo de su esposa en su hija. Había comenzado a sentir odio hacia la madre de la niña.

*

–Gracias papá, me gustó mucho– Jeongyeon le agradecía a su padre los pantalones que acababa de comprarle un poco más grande que su talla.

–No es nada hija– sacudió su cabello como a la de un cachorro –No me llames papá, ya eres una niña grande, soy tu padre– Jeongyeon sintiéndo el regaño asintió.

–Si padre.

*

–Padre, ¿Cuándo podré salir más allá del pueblo?– recargada en la puerta de copiloto del auto, la ahora adolescente preguntaba.

–¿Por qué querrías hacerlo?– respondía su padre mientras daba vuelta al volante.

–Tienes razón– La pelicorto suspiró regresando su vista hacia afuera.



–Tienes razón– La pelicorto suspiró regresando su vista hacia afuera

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Nota

Hola, en caso de algún error en la ortografía o redacción por favor házmelo saber para así hacer la historia mas cómoda de leer.

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