La curiosidad haciendo acto de presencia cada vez que la veía, de forma constante y difícil de ignorar; mirando a través de las palabras de los libros que leía, cómo desde lejos aquella persona trabajaba muy temprano por las mañanas y montaba en sus...
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El dia anterior había despertado confundida y desorientada en una cama que no era la suya, recordaba como Nayeon había entrado poco después y tratando de no hacer mucho ruido se había sentado a su lado a dejar caricias que fueron las culpables de que se diera cuenta que ya estaba despierta desde antes. Habian hablado de volver a reunirse al dia siguiente y de ir pronto al pueblo en alguna salida que la pelicorto tuviera. Jeongyeon queria ser ella quien le muestre el pueblo antes de que alguien más pudiera ofrecerse. La sonrisa de Nayeon después de haberle robado un beso rápidamente cuando la acompañó a la puerta había quedado grabada en su mente durante el camino a casa.
Miró hacia la ventana desde su cama y sabia que era hora de levantarse, además, el ruido proveniente de la cocina a esa hora no era algo habitual por lo que desconcertada se vistió y después de cepillar sus dientes y lavar su cara, caminó despacio al comedor encontrando a su padre ahí.
-Buenos días hija- el televisor antiguo estaba encendido con el volumen casi completamente bajo y solo se escuchaba el pasar de las hojas del periodico que su padre leía.
-Buenos días- le respondió y siguió de largo hacia la cocina para preparase la taza de café que tomaría hasta el almuerzo a medio dia. El dia anterior Nayeon la habia invitado a almorzar.
-Monte ha estado muy extraño estos días, últimamente lo hemos visto rondando cerca de la casa de la señorita Im.
Trató de no detenerse a ver a su padre, su semblante parecía tranquilo. Tenia poco tiempo para pensar cual opción era la mejor. ¿Su padre podía saber que ella y Nayeon se frecuentaban mas de lo que él pensaba o debia mantenerlo como lo ha estado haciendo? Sabia que de alguna manera su padre esperaba que ella afectara a aquella familia pero ¿hasta qué punto tenia que llegar para que su padre creyera que por esa razón ella y Nayeon habían estado acercándose cada vez mas?
-Si, de hecho estuve en casa de Nayeon ayer, probablemente Monte me siguió. – tomó un gran sorbo de café ignorando lo caliente de este.
–¿ah si? – el periódico pasó a segundo plano cuando su padre lo bajó dejándolo de lado y concentró su atención en ella.
Jeongyeon evitaba su mirada decidiendo ponerla en el televisor con imágenes en blanco y negro. Un hombre y una mujer parecían discutir como parte de la trama.
–No entiendo que de interesante podría ver en esa casa ¿Siquiera alguna de esas mujeres habrá tocado ya la cocina?
–Ambas cocinan– hizo una pausa para dejar la taza en el fregadero y tomó la chaqueta que había usado el dia anterior. –Debo irme.
–Claro, tómate tu tiempo hija. Pronto tendrás tu recompensa.
Eso fue lo ultimo que alcanzó a escuchar antes de cerrar la puerta y comenzar a caminar hacia el establo donde se encontraban los caballos. Llegó y lo primero en hacer fue quitarse la chaqueta, el sol ya había salido y no queria comenzar a sudar tan pronto como había llegado.
