Capítulo 2

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Sentada en su lugar favorito desde que llegó; la banca en la entrada, Nayeon se relajaba con el viento que chocaba despacio en su rostro mientras tomaba del vaso con limonada, comenzaba a creer que su limonada era la mejor que alguien podría probar

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Sentada en su lugar favorito desde que llegó; la banca en la entrada, Nayeon se relajaba con el viento que chocaba despacio en su rostro mientras tomaba del vaso con limonada, comenzaba a creer que su limonada era la mejor que alguien podría probar. Se recostaba en la banca solo dejándose llevar por la tranquilidad y silencio que el rancho podía brindarle.

Su tranquilidad y espacio se vio interrumpida por unos pasos que avanzaban hacia ella.

-Bunny- Su padre se paró a su lado y ella volteó a verlo.

-Pensaba preparar mañana la pasta que tanto te gusta- él le dijo mientras movía sus cejas arriba y abajo- ¿qué opinas, te gustaría?-

-Si pero ¿por qué la pregunta? - se sentó mejor en la banca con su atención puesta en su padre.

-¡Qué bien entonces! porque quería saber si podías llevarle esto al muchacho que está trabajando cerca del establo, me han dicho que saldrá al pueblo y que podía encargarle algunas cosas cuando las necesite- Su padre sonreía dándole leves golpes en su hombro.

El hombre le entregaba una pequeña hoja mal cortada. Nayeon la leyó dándose cuenta que era una lista de alimentos y cosas que faltaban en casa.

– ¿Tengo que moverme de aquí? – Preguntaba quejándose mientras se deslizaba hacía abajo en su lugar.

-¿Hay alguna otra forma de ir sin tener que moverte? - Su padre la molestaba.

-¡Te dije que no funcionaría, ella no aceptará ir!- La madre de Nayeon gritaba desde adentro.

Escuchó a su madre y frunció el ceño formando un puchero.

-Lo haré- De un salto se levantó de su lugar y volviendo a preguntarle hacia dónde ir, Nayeon se dirigió al establo.

Cubriéndose de los rayos del sol con una mano, Nayeon caminaba lo más rápido que sus pies le permitían sin querer correr realmente. Llevaba su cabello sujetado en dos coletas enrolladas en la parte baja de su cabeza arrepintiéndose de no llevarlo suelto porque podía sentir el sol quemando en su nuca y parte de lo que su blusa revelaba de su espalda.

Conforme avanzaba y con lo que su vista le permitía ver, a lo lejos miró que varios hombres trabajaban bajo el sol cargando material para construcción alrededor del establo. Un poco más alejado del lugar en donde los hombres se encontraban, una silueta como la que miraba por las mañanas se movía con su habitual carretilla. Su padre le había mencionado que debía entregarle aquella lista de cosas a un muchacho cerca del establo por lo que sin dudar caminó hacia él aun cubriéndose de los rayos del sol y con la vista fija al suelo cuidando por donde pisaba.

El muchacho avanzaba muy rápido, apresurándose Nayeon lo alcanzó y faltando unos cortos pasos detrás de la que antes identificaba como una desconocida silueta, estiró su mano para tocarle el hombro.

Nayeon desde su llegada al rancho y cuando miraba por el ventanal por las mañanas, se había imaginado como sería la silueta que trabajaba desde tan temprano. Varios tipos de rostros llegaban a su mente, diferentes tipos de rasgos, diferentes simetrías, podía imaginar cualquier rostro que su mente le permitía inventar, todos estos relacionados al rostro un hombre.

BOOKS AND HORSES || 2yeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora