BOOKS AND HORSES || 2yeon

Capítulo 23

En caso de tener errores ortográficos, en la redacción o confundirme con la trama por favor avísame para corregir y hacer mas cómoda la lectura.

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Las manos de Nayeon pasaban de forma lenta por cada esquina de las hojas de aquel libro de poemas que tanto adoraba. Aquel día en particular las nubes habían decidido cubrir los rayos del sol por primera vez desde que había llegado al rancho y el estado de ánimo de la graduada había decaído a causa de este. Suspiros salían de su boca mientras pasaba de hoja en hoja y esperaba la hora en la que Jeongyeon llegara. Días atrás y tras notar el gran avance en el estudio de la pelicorto acordaron reunirse pero esta vez sin ninguna intención de estudiar involucrada. Nayeon había invitado a Jeongyeon a pasar la tarde con ella en su casa con la idea de pasar el día como lo haría con alguien con quien comenzaba a salir, disfrutando de su nueva cercanía con la ausencia de sus padres en casa. Nayeon había declinado su invitación a almorzar en el pueblo esperando a que se tomaran su tiempo allá.

Dejó su libro a un lado y decidió recostarse mientras repasaba en su mente los recuerdos anteriores con la menor. Desde el día que la miró por primera vez en la lejanía hasta cuando discutieron por lavar los platos en la cena. Una sonrisa escapó de sus labios mientras negaba perdida en sus recuerdos de la misma manera en la que Jeongyeon lo estaba mientras acompañaba a su padre de regreso al pueblo.

–Te pregunté algo.

El tono de su padre la sacó de un jalón de sus recuerdos.

–Disculpa no te escuché.

–Has estado muy perdida en tus pensamientos ¿me contaras que hay en esa cabecita? – Preguntó el señor con una risita –seguro estarás pensando en cómo hacer que aquella muchacha se interese en Jackson, a decir un me parece que es un poco idiota al no hacerlo el mismo. No es como que la señorita fuera alguien importante de impresionar, hay muchas como ella en todas partes.

Al momento de escuchar aquellas palabras su cabeza inmediatamente volteó para verlo.

– ¿Qué quieres decir?

–No es difícil de entenderlo hija, Jackson siempre ha estado interesado en señoritas con clase. Podría ser un plan inteligente si se sale con la suya alguna vez pero aquella mojigata parece creerse mejor que todos aquí y no ha aceptado nada de nadie todavía.

Al escucharlo sabía que solo podía tragarse sus palabras y no defenderla, Jeongyeon sabía que Nayeon no era nada de lo que su padre decía pero su mandíbula apretada demostraba el nivel de paciencia que debía tener para no abrir la boca y decir cosas de las que después podía arrepentirse.

–No conoces a Nayeon ¿por qué aseguras eso?

–Tu madre era igual, siempre queriendo más y creyendo que podía tener lo mejor. Su ambición la llevó a abandonarte y mírate, no fuimos nadie para ella.

Las manos de su padre apretaban cada vez más el volante volviendo sus nudillos blancos.

–Acércate a ella y con el tiempo podrás confirmar que lo que digo es verdad, nunca me equivoco hija. Acércate y destrúyela antes de que ella lo haga con alguien como tu madre hizo con nosotros.

Con horror se tragó el nudo que se había formado en su garganta al escuchar las palabras de su padre y decidió dejar de lado la charla. Cuando llegaron su padre le ordenó bajarse del auto y se despidió de ella recordándole lo que minutos atrás había dicho. La mirada de Jeongyeon siguió la silueta del carro viejo hasta que este desapareció de su vista rumbo a la salida del rancho. No era difícil adivinar hacia donde iba.

Se dirigió a casa a tomar un baño apresurado para no perder más tiempo y cuando salió para verse al espejo notó en su semblante algo que no le agradó; duda. Era verdad que su madre había decidido elegir una mejor vida yéndose del rancho sin importarle dejarla a ella y a su padre. Hace mucho tiempo que Jeongyeon no se detenía a pensar de nuevo en por qué su madre prefirió irse sin ella, no reprochaba el hecho de desear una vida mejor pero se preguntaba si habría sido menos fácil llevarla con ella.