Ambos se encontraban en aquella playa, donde hace años se habían visto por primera vez. Observaban el horizonte y como todo se iba tiñendo de negro, la noche iba avanzando lentamente.-Estás aquí ahora ¿verdad?- ella preguntó al aire, sabiendo que él la escucharía
-Lo prometimos, ¿no?- un susurro llegó con el viento.
Jamás entendieron la razón de porque podían escucharse, verse o interactuar, pero sea cual sea esta, agradecieron poder tener a un amigo siempre que lo necesitaron, escuchando consejos, alegrando los días tristes y, en general, estando allí el uno para el otro.
En algunos momentos fue intermitente su conexión, periodos largos de tiempo en que ninguno logró comunicarse con el otro. Otros periodos, como en el que estaban actualmente, podían hablarse fácilmente con tan solo pensar en el contrario.
-La noche está hermosa- ella murmuró, observando como cada vez era más fácil ver el cielo estrellado, una noche sin luna
-Lo es- el rubio dijo, recostandose de espalda- desearía que estuvieras aquí
-Estoy aquí
-Sabes a lo que me refiero
-Lo hago
El silencio cubrió a ambos, ninguno dispuesto a perturbar aquella paz que sentían, casi por primera vez desde esos 60 años que ambos habían compartido.
Una estrella fugaz cruzó el firmamento, ojos cerrados.
Un deseo
-Sigues tan hermosa como hace 20 años- Marinette escuchó a su lado, abriendo los ojos sorprendida y viendo a un hombre, anciano, de aspecto cansado, pelo cano pero con una sonrisa radiante y unos ojos verdes que no eran fáciles de olvidar.
- ¿Señor Agreste?- la sonrisa disminuyó un poco ante el uso formal
-Pense que eramos lo suficientemente cercanos como para que me llamaras Adrien
-¿Adrien? ¿Pero cómo?...te pareces demasiado a…- Marinette negó con la cabeza- no importa…¿cómo es que estás aquí?
-No lo sé- él se encogió de hombros- ¿la estrella fugaz tal vez?
-La viste- Marinette se sentó, quedando a la misma altura que él, esperando unos segundos antes de abrazarlo fuertemente, a lo que él correspondió- me encanta que estés aquí
-A mi tambien.
Ambos se quedaron allí, observando el paso del tiempo en sus rostros, Marinette no pudo evitar pensar en que reconocía aquel rostro, no solo por ser Adrien, sino…
-¿Tu hijo se llama Louis Agreste?- ella preguntó de manera aleatoria, Adrien inclinó la cabeza, en un gesto que ella consideraba adorable y bastante familiar
-Si…bueno, en realidad ahora es…
-Graham de Vanily- ella dijo, los ojos de Adrien se agrandaron- tomó el apellido de su esposa ¿verdad?
-Si, ¿te lo conté alguna vez?- el rubio intentó repasar sus conversaciones anteriores acerca de su hijo
Marinette ignoró la pregunta, en favor de buscar algo en el bolso que estaba a su lado, un teléfono, que Adrien miró intrigado por lo moderno que parecía, distintos mundos se recordó
-¿Quieres mirar una foto de mi familia?- ella preguntó, abriendo la galería de fotografías y dirigiéndose a un álbum en donde tenía fotografías de cuando sus hijos eran pequeños.
Adrien, asintiendo, se acercó más a ella. observando primero a dos niños pelinegros, ambos no debían tener más de cuatro años, ambos estaban sucios, llenos de tierra, pero en sus rostros se notaba la felicidad de salirse con la suya.
-Se ven felices, ¿cuanto te enojaste por verlos así?- él preguntó, sabiendo que ella no le gustaba cuando se ensuciaba jugando
-Me enoje más con su abuelo por llevarlos al parque después de un día lluvioso- Marinette explicó, sus ojos brillaban en dirección a Adrien, aún concentrado en la fotografía.
-¿Con tu padre?- pregunto, notando de reojo la negación- a esa edad- él se detuvo- ¿Tu jefe no se autoproclamó como el abuelo de esos niños?- le preguntó, recordando cómo ella había tenido el apoyo de un hombre desconocido, quien la acogió bajo su protección cuando entró a trabajar en su empresa.
-Lo hizo- Marinette deslizó la fotografía, ahora mostrando a un hombre canoso, de aspecto cansado pero con una brillante sonrisa, junto con los niños, los tres igual de sucios- lo hiciste- ella dijo cuando los ojos de Adrien se agrandaron ante el reconocimiento de su propio rostro
-¿Pero cómo?
-¿Alguna vez hemos entendido esto?
-Estuve allí para ti- él murmuró, nuevamente enfocado en la foto- siempre me sentí mal por no estar allí cuando lo necesitaste pero…
-Pero lo estuviste…o lo estarás, creo- ella susurro lo ultimo
-¿Me reconociste?- le preguntó, pasando a otra foto, en donde los niños eran más pequeños, tal vez dos años, él los sostenía de la mano, mientras Louis y Amelie estaban sentados observando al hombre- ¿sabías que era yo?
-No, tampoco reconocí tu nombre- ella dijo, mirando también la pantalla- pero supongo que tu lo hiciste- se movió a una nueva fotografía, ahora los niños eran más grandes, ocho años probablemente. Adrien reconoció el comedor de su hogar, la decoración indicaba que era Navidad, y el traje que Felix, su nieto, usaba se lo confirmó.
-Jamás pensé ver a mi Felix siendo tan infantil- él la miró con algo de preocupación- ahora es bastante diferente ¿lo sabías?
-Siempre lo supe- ella aclaró- su reputación lo precedía antes de incluso conocerlo
-¿Y aun así?- preguntó- sé que mi nieto es una buena persona bajo todo ese aspecto indiferente, pero…jamás lo he imaginado siendo un hombre de familia… siendo aquel hombre por el cual perdiste la cabeza hace tantos años- él sonrió ante lo último, recordando lo enamorada que ella parecía cuando hablaba de su esposo- me alegro, pero aun asi…estoy preocupado
-El cambia, Adrien… jamás jugó conmigo, él se comportó como un caballero, me dio el tiempo y se ganó con esfuerzo mi corazón…
-Me alegro entonces- él la abrazó- ¿Y supongo que soy un hombre infantilmente exasperante?
-Lo fuiste…- ella dijo divertida, empujándolo suavemente y riendo por el sobrenombre que le había puesto- pero fuiste un gran apoyo en esos momentos, tu y los señores Graham
-¿Cómo es que nos conocemos?- el dijo cuando las risas disminuyeron- ¿te busco? o…
-Postule a tu empresa- ella explicó- siempre pensé que fue suerte quedar, pero tal vez…
-Se que eres talentosa- él dijo serio- no dudes en que quedaste por solo conocerte…además mi voto no logra la mayoría en las decisiones de contratación
-Es bueno saberlo- ella asintió pensativa
-Es bueno que lo sepas- Adrien fijó la vista en el cielo por un momento- Puedo darte más tiempo con él- habló bajo, casi esperando no ser escuchado, pero ella lo hizo
-Lo intentaste- ella volteo a verlo- pero fue en esa fiesta en la que lo conocí, jamás coincidimos antes- suspiró melancólica- todo pasara cuando tenga que pasar, pero Adrien- alcanzando su mano la llevó hasta sus labios- gracias por estar allí… realmente no sabes lo que fue tenerte como apoyo en esos momentos, lejos de mi familia y sola con dos recién nacidos… te convertiste en mi ángel guardián
-Gracias por permitirme estar allí para ti- él también alcanzó su mano.
Ambos estuvieron allí, acompañándolo hasta que el inevitable destino los separó nuevamente.
***
Día 20
ESTÁS LEYENDO
Diferentes Caminos, Un Mismo destino
FanfictionAbril Adrinette 2022 Historias que pueden, o no, estar relacionadas entre sí. PD. Con suerte llegaré al final esta vez