CAPÍTULO 11.

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Al día siguiente, al despertar, nuevamente el omega se dio cuenta que su padre ya no estaba, él no trabajaba los fines de semana así que, ya se daba una idea de con quién y por qué se había ido.

Había un poco de dinero en la mesa y ya sabía lo que significaba, ni siquiera quería tocarlo pero no había otra forma de poder comprar comida para los días en los que estaría sólo.

Caminó hasta su habitación de nuevo y sin siquiera tomar el teléfono, se metió bajo las sábanas, cerró sus ojos y luego de unos segundos no pudo evitar comenzar a llorar otra vez. No entendía por qué la persona culpable de darle la vida lo trataba así, sí, no fue un alfa cómo él quería, pero seguía siendo su hijo.

Tenía tantas ganas de tomar una mochila e irse a un lugar dónde nadie lo conociera y así poder volver a comenzar de nuevo, no obstante, tenía miedo.

Era demasiado peligroso para un omega estar sólo. Habían tantos alfas malos que posiblemente sólo lo lastimarían y lo dejarían a su suerte tirado en algún terreno baldío. Ya había sucedido muchas veces, las noticias estaban repletas de eso cada día, era tanto que... incluso parecía ser un castigo el ser omega.

Sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar el timbre de su casa sonar. Lo dejó ahí por unos momentos, no quería levantarse pero era tanta la insistencia así que con algo de enojo sólo abrió la puerta viendo a su amigo, pero, su sorpresa fue mucho más grande al ver aquel alfa detrás de este último.

— Jungkookie... —Sonrió algo incómodo el más bajo.

— ¿Qué están haciendo aquí? —Preguntó el susodicho algo apenado.

— Lo encontré en el camino. Justo venía a tu casa así que decidí venir también. —Habló Taehyung—. Espero no haber llegado en un mal momento.

— No, no, claro que no, pero... no entiendo por qué tan repentina la visita. —fingió sonreír mientras veía al pelirrojo por unos momentos.

— No contestabas tu teléfono desde ayer y es raro de ti porque vives sólo con eso en la mano, luego, en la mañana... me encontré a tu padre cuando iba con mamá al mercado y... —Suspiró—. Me preguntó si estuviste conmigo el día de ayer. ¿Dónde estabas? Además, ¿dijiste que mi hermano era alfa? Ese tonto es un beta.

Jungkook mordió levemente sus labios para luego sólo ver a su alrededor y así poder meter a aquellos dos a su casa sin que las vecinas chismosas los vieran.

Taehyung en ese momento solamente observaba cómo este cubría parte de su rostro. Se le hacía extraño que ni siquiera le aguantara la mirada tal y cómo ayer, aunque, por lo que había dicho el otro omega, seguramente se había metido en problemas, mejor dicho, él lo había metido en problemas.

— Lamento haber hecho que te quedaras en casa hasta tarde. —Musitó aquel alfa acercándose así al menor quién sólo desvió la mirada.

— No, no fue... tu culpa, fue mía por pensar que mi padre no estaría.

En ese momento pudo sentir la mano del mayor bajo su barbilla obligándolo de forma suave a verlo a los ojos. Justo ahí se dio cuenta de aquel leve moretón en el rostro de éste por lo que sólo suspiró sintiendo cómo éste quitaba su mano.

Por otro lado Jimin permanecía en aquel sofá siendo el único espectador de aquella escena. Había estado tan viciado con las novelas que desde su perspectiva, aquellos dos, parecían ser los protagonistas.

En cuanto vio cómo su profesor tomaba la mano de su amigo tomó uno de los cojines apretándolo levemente mientras esbozaba una sonrisa para luego soltar un chillido seguido de una pequeña risa logrando tener la mirada de aquellos dos.

— A-ahm... lo siento, yo... —rascó su nuca— ¿quieren que me vaya? —señaló la puerta.

— No.

— No.

Respondieron ambos al unísono. Algo que los hizo sonreír de nuevo.

— Sólo quería saber cómo estabas, eso es todo. —Sonrió amable— Por cierto, ¿podrías prestarme algún paraguas? Pronto comenzará a llover y... eso.

— Pero si trajiste tu--

Jimin se detuvo al sentir la mirada de aquel alfa por lo que sólo disimuló. Se puso de pie y sólo fingió ver la decoración en las estantes de aquella casa.

En cuanto Jungkook finalmente se había ido de la sala, Taehyung aprovechó y extendió su teléfono hasta el pelirrojo quién al instante respondió que tenía novio, algo que hizo reír al antedicho.

— ¿Puedes escribir el número de Jungkook? Quiero asegurarme de que se encuentre bien y no... venir hasta aquí, no quiero meterlo en más problemas.

— Oh, si, claro. —respondió al instante para luego sólo guardar aquel número en el teléfono del alfa—. Es más, ¿qué hace usted aquí? —Frunció levemente su entrecejo.

Taehyung sólo mantuvo su sonrisa hasta que el omega había regresado. Caminó hasta él para así tomar aquella sombrilla. Podía notar que este aún evitaba su mirada por lo que sólo acarició suavemente el cabello de éste.

— Debo irme. Nos vemos el lunes. —avisó viendo al menor asentir—. Lamento que pasaras por eso. —Observó aquel moretón—. Te consentiré más en nuestra próxima clase, ¿si? —Sonrió dando una última caricia.

Luego de aquello solamente se despidió del otro chico para así salir de aquella casa.

Su sonrisa fue desapareciendo al recordar lo que había escuchado la noche anterior. Se sentía culpable por haber hecho que lo regañaran pero... parecía estar tan despreocupado que ni siquiera recordaba que él también tenía un hogar al cual volver.

Había sentido impotencia por no poder hacer nada pues, era su padre después de todo, y él... solamente era su profesor.

Por otro lado, en aquella sala Jimin no dejaba de sonreír y dar pequeños saltos de alegría preguntándole al castaño cuanto tiempo llevaban tratándose de esa forma. Había notado los coqueteos en clase, era imposible no hacerlo pero, que él llegara hasta su casa era... otro nivel.

— ¿Sabes qué escuché la otra vez? —habló mientras tomaba un poco del café que su amigo le había dado debido al frío— Que... Hirai, ¿la conoces, no? Bueno, ella... desde el primer año quiso con el señor Kim, pero, él repetía mucho que no le gustaban los menores de edad ya que eran muy caprichosos, infantiles... y no sé qué más.

— Oh, ¿en serio? —preguntó sorprendido.

— Sí, bueno, Hirai estuvo intentando estar con él desde que entró, que es... hace 3 o 4 años más o menos, pero él aún no le hace caso.

— Eso lo noté —Rió— es muy castrosa.

— Sí, y ahora todos hablan de que... probablemente seas el primero en gustarle. Es decir... ¡no sé! —exclamó con una sonrisa bastante emocionado— aunque... ¿te importa la edad?

— No.

— ¡Perfecto! Entonces... podrías tener algo con él.

— ¿En serio crees eso? —sonrió tímido— ¿Y si aún cree que soy infantil y...

— No, no creo. Si fuera así ni siquiera te volteaba a ver.

Jungkook soltó una pequeña risa. Saber aquello lo hacía sentir incluso... orgulloso. Tan sólo esperaba que Taehyung no lo viera cómo un niño aún, aunque, aún no era del todo legal así que... debían tener cuidado.

Él creía que su forma de ser, de pensar y de actuar, estaban más allá de su edad.

DON'T PLAY WITH THE TEACHER | OMEGAVERSE  +19Donde viven las historias. Descúbrelo ahora