Sabes que ya no eres un niño cuando entras a la universidad, no obstante, sigues siendo demasiado joven cómo para caer en los juegos de los adultos.
Todo se vuelve más estresante pero algunos chicos buscan la manera de distraerse ahí dentro, y qué...
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— ¿Crees que no me doy cuenta? —preguntó con enojo—. No entiendo qué pasó contigo, ahora eres... tan irrespetuoso y... es increíble, Taehyung. ¿Qué ganas con eso?
— No estoy haciendo nada malo, es mi novio, puedo besarlo donde quiera —respondió con tranquilidad sin quitarle la mirada de encima—. No es que sea irrespetuoso, simplemente... quería un beso suyo, y eso es todo.
— ¿Y tiene que ser en un lugar donde cualquiera pudo verlos? —frunció su entrecejo—. Necesito que... —suspiró— ya no quiero hablar más de esto, así que, como último favor, ¿puedes ir con la profesora Lee a dejar esto en la oficina del tercer nivel? —extendió algunas carpetas.
— ¿Acaso no tienes secretaria?
— Te estoy pidiendo una sola cosa, ¿qué?, ¿ahora tampoco me ayudarás en eso?
Taehyung mantuvo aquella mirada seria para luego tomar aquellos objetos. Estaba sintiendo mucho enojo hacia ella. Seguía pensando que alguien la había hecho cambiar y... tarde o temprano descubriría la verdad.
— Iré solo —mencionó— no necesito a nadie más.
— Irás con Sun-mi y ya lo dije —alzó un poco la voz— a ella ya le di lo que debe llevar y organizar así que, compórtate como un caballero y sé amable con ella.
Aquel alfa rodeó los ojos para luego salir de aquella oficina dirigiéndose hasta dicho lugar.
Estaba de muy mal genio y era una lástima pues, tan sólo minutos atrás había podido sonreír sin preocupaciones. Cuando estaba con él... todo a su alrededor no existía, pero, gracias a su madre, era una estupidez estar llevando cosas de un lado a otro sabiendo que tiene hasta 2 secretarias y personas que pueden hacerlo por ella.
Al pasar al lado del despacho de aquella omega, permaneció unos segundos ahí pensando en si debía decirle pero, supo que no era necesario sabiendo la clara intención de su madre, así que sin más preámbulos, siguió su camino hasta dicho lugar.
Estando ya en aquel lugar, dejó todo sobre el escritorio notando lo solitario que era aquel lugar. El ruido ya no era tan perceptible y eso era muy relajante, no obstante, en cuestión de segundos pudo escuchar los rechinidos de unos tenis contra el suelo seguido de aquel dulce aroma.
— Taehyungie hyungie hyung —llamó Jungkook con una enorme sonrisa en su rostro— ah, sabía que mis instintos estaban evolucionando —rió de una forma bastante tierna.
Para su alfa era fácil encontrarlo pero, especialmente para él, era algo... difícil pues se distraía con todo o simplemente no podía priorizar el aroma del mayor entre tantas personas, pero, últimamente estaba cambiando para bien y ahora incluso sabía como detectarlo al punto de llegar a él.
— Lo estás haciendo muy bien, cariño —sonrió volteando a verlo.
Fue ahí cuando aquel omega sin borrar su sonrisa se acercó lo suficiente hasta poder abrazarlo, no obstante, no duró mucho pues Kim ya lo estaba sosteniendo entre sus brazos mientras lo observaba directamente al rostro.
