CAPÍTULO 45

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La madrugada había llegado. La lluvia sonaba cada vez más fuerte chocando contra aquel vidrio logrando dar una vista desenfocada de las luces de la ciudad.

Jungkook suspiró y sólo siguió con la mirada hacia al frente mientras escuchaba la respiración de aquel alfa debido a que estaba recostado sobre su pecho.

Los pensamientos venían a su mente y cada vez sus ojos se llenaban más de lágrimas hasta que las primeras gotas comenzaron a salir deslizándose sobre los costados de su rostro. Podía sentir que su lobo estaba tan a gusto con el de aquel alfa al igual que él.

Se sentía bien... ser querido una vez más en la vida. Le gustaba tanto el tacto y la forma tan suave en que este lo trataba, cómo si... fuera algo sumamente delicado. Nadie lo había visto de esa forma antes y era tan triste saber que... durante toda su vida lo buscó en personas erróneas. Personas que sólo querían pasar una noche con él y no... mantener una relación. Fue así cómo sólo buscó pasatiempos en lugar de algo fijo, y en esos pasatiempos... también había sufrido por parte de aquellos alfas.

No obstante, ese mismo trato lo había llevado a sexualizarse tanto sólo para obtener la atención de aquellos hombres, personas... mucho más mayores que él. Pero ahora, al tener a Taehyung cerca... no podía ser de esa manera, era mucho más... infantil y no entendía por qué. ¿Por qué con los demás trataba de ser un adulto... pero con Kim trataba de ser un niño?

En ese momento pudo sentir cómo el susodicho se movía por lo que rápidamente limpió sus ojos fingiendo que estaba dormido, pero... sus lágrimas sólo siguieron al sentir cómo este lo abrazaba de una mejor forma.

— No llores, lindo... —susurró atrayéndolo un poco más— todo... está bien. —balbuceó. 

Jungkook sonrió para luego acurrucarse en el pecho de este logrando sentir mucho más la calidez entre sus brazos. ¿Cómo se había dado cuenta que estaba llorando? No lo sabía, pero agradecía tanto que lo hubiese notado pues así su aroma lo cubrió llevándolo a calmarse.

Taehyung en ese momento abrió un poco sus ojos para así bajar la mirada notando que incluso había comenzado a llorar mucho más por lo que llevó una de sus manos hasta el rostro adverso para así limpiar sus lágrimas con su pulgar.

— ¿Qué sucede? ¿Te duele algo? —Susurró notando lo brillantes que se veían los ojos adversos.

— No... —tragó saliva— no es nada.

— No me mientas —acarició la mejilla de este— ¿Son esos pensamientos de nuevo?

Jungkook sintió sus ojos llenarse de lágrimas de nuevo mostrando un pequeño puchero para luego asentir.

Aquel alfa suspiró mostrando una suave sonrisa al final aún con sus ojos un poco cerrados. Sin decir nada sólo se acercó al rostro de éste dejando un pequeño beso sobre sus labios mientras  seguía acariciando parte de su rostro.

— Todo está bien, no pienses en eso... —musitó— ¿Qué te parece si te cuento una historia hasta que puedas dormir?

— No soy un bebé... —rió limpiando sus ojos de nuevo.

— Para mi sí lo eres. —Se acomodó de mejor forma dejando que el menor recostara su cabeza sobre su brazo— Bien, aquí te va. —Sonrió.

Sabía que aquello era algo "infantil" pero aún así podía hacer a cualquiera dormir cuando tenía malos pensamientos y no quería que él siguiera llorando.

— Había una vez... dos chicos que... —observó con ternura los ojos adversos que le prestaban tanta atención— se juraron encontrarse en otra vida cuando... la suya acabó al mismo tiempo. —Musitó—. Luego, muchos años después, sus almas reencarnaron en dos personas que... tenían muchos problemas. Uno de ellos tuvo un accidente que lo hizo obtener alzheimer, el otro chico... era un vagabundo.

— Eso me hará llorar más. —Murmuró haciendo reír al adverso.

— Ambos tenían... esa misión de encontrarse en esa vida, pero fue difícil ya que, mientras uno dejó todo atrás por ir en busca de él, el otro ya no recordaba absolutamente nada. Pero, hubo un día en el que ambos se encontraron y no sabían que eran ellos.

— ¿No sabían? —Preguntó curioso viéndolo negar.

— Este chico siempre le daba comida y dinero al vagabundo... —desvió la mirada al techo— con el tiempo, este último lo reconoció pero no estaba seguro así que tenía miedo... hasta que escuchó su nombre. Luego con el pasar de los días ambos se encontraban más y más. —Sonrió—. Hasta que en un problema del que era vagabundo... ese otro chico lo salvó y lo llevó a su casa. Curó sus heridas y... mientras pasaba el tiempo, se iba enamorando, pero... de nuevo comenzaba a olvidar cosas. —Volvió la mirada al menor quien ya estaba comenzando a llorar de nuevo.

— ¿Lo olvidó...?

— No —soltó una pequeña risa entrelazando sus manos— en una noche, al acercarse a su ventana vio una estrella fugaz y pidió un deseo. Quería ser feliz con ese chico y... ya no quería olvidar. —Cambió la historia— Al día siguiente, ambos estaban mucho más enamorado que nunca y fue ahí cuando lograron decirse que... ellos eran esa alma que estaban buscando. Fueron a una cabaña a las afueras de la ciudad con un pequeño perro pomerania y... formaron su vida de una forma muy bonita.

En ese momento pudo notar cómo éste comenzaba a dormirse por lo que siguió contando aquella historia que... ni siquiera sabía dónde la habia leído o si estaba en su mente.

Al cabo de unos minutos se dio cuenta que este al fin se había quedado dormido por lo que dejó un pequeño beso sobre la punta de su nariz para luego acomodarse mejor y así dormir junto a él. Se sentía... tan bien abrazar y ser abrazado de vuelta.

Había estado tanto tiempo sólo que olvidó cómo se sentía estar así con alguien. Pero nunca se había sentido cómo cuando lo hacía con él.

— Me pregunto si... —susurró observándolo por unos momentos— serás mi predestinado...

Al finalizar aquello rió por lo tonto que había sonado. Sólo eran fantasías y creía que eso no existía pero... se sentiría lindo saber que ese omega era para él y él... era para ese omega.

DON'T PLAY WITH THE TEACHER | OMEGAVERSE  +19Donde viven las historias. Descúbrelo ahora