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— Entiendo. — Fue lo único que dijo el de piel pálida. Si bien ambos dieron a entender que besarse no fue quizás lo mejor en este momento, no podían romper el contacto visual. La burbuja en la que se habían sumergido era difícil de romper y ninguno se levantó de la cama, olvidando la bandeja de comida. Recién ahora notaba que las pestañas del contrario eran rubias, un rubio dorado. Lindo. Que en la punta de su nariz, quemada por el sol, había una nueva cicatriz con forma "redonda" o de una estrella un poco deforme. ¿Y las pecas? ¿Siempre estuvieron ahí? Nunca las vio, eran apenas un tono más oscuro que su piel, imperceptible.

Se mantuvieron así unos minutos, descubriendo cosas del otro que solo se pueden saber a poca distancia hasta escuchar el ruido de los pasos de alguien en la escalera, eso los hizo separarse un poco. A Naruto por vergüenza y miedo a que los descubran. Sasuke por ser cortés y no darle la sorpresa a los dueños de la casa que a su hijo le gustaba chupársela y besarlo cuando no estaba enojado. Pronto una cabellera rubia se asomó por la puerta. Su padre había llegado del trabajo. El Uchiha quedó sorprendido por el tremendo parecido que tenían los dos blondos. Era innegable que eran familiares.

— Hola, hola. ¿Necesitan algo, chicos? — Preguntó con una sonrisa algo curiosa. Pudo notar el sonrojo en ambos y que estaban ligeramente despeinados. Prefirió no mencionar algo tan simple. Lo creyó innecesario, aunque, sí lo encontró divertido y le robo una pequeña sonrisa.

— N-no, papá. Sasuke ya se iba. — No quiso mirar a ninguno de los dos presentes al rostro, no tenía la cara para hacerlo. Si lo hacía quizás le pediría a Sasuke que se quede y le diría la verdad a su padre de la noche que derivó a pelearse con su mejor amiga.

— Ow, ¿No quieres quedarte a cenar? Hace tiempo no viene nadie, haha. — Insistió el adulto mayor, le agradaba saber que su hijo invitó a un amigo después de tanto. Sasuke miró a su compañero, y este volvía a tener la mirada sombría qué tenía desde que lo conoció. Solo bajo la mirada decidido a negar la oferta. — Puedo convencer a tus padres.

— Yo no tengo... ya sabe. — Gesticulo con sus manos de una forma extraña, sin saber como explicar que no tiene padres sin decirlo tan tosco. Tan... Seco. Ambos rubios tardaron un poquito en entender lo que quería decir Sasuke. El primero en caer fue Naruto qué sólo pudo taparse la boca y pensar que seria de él sin sus padres. Se puso en el lugar de Sasuke y a la única conclusión que llego, es que se habría suicidado hace años. Sin padres, sin abuelo, ahora sin amigos, definitivamente todo eso intensificaría sus sentimientos un trescientos porciento.

— Entiendo. — El azabache no podía negar la cálida mirada que le daba el mayor, es como si lo abrazara sin hacerlo. Le recordaba a Itachi, un poco. — Puedes venir y quedarte cuando quieras, en serio.

— No creo que a alguien le guste la idea. — Miro de forma obvia al rubio menor quien respondió de forma infantil, sacando la lengua. Tomó su bolso y su celular, quitándole importancia. — Después de que te cuidé, ¿no me darás un beso de despedida? — Bromeó señalando su boca con su mano libre, todo a propósito sabiendo que su ¿suegro? los estaba viendo. Vio al rubio convertirse en un tomate en segundos y lo empujó hasta la salida para que salga más rápido. No pudo evitar soltar una risita que intentó tapar con su mano izquierda.

— ...Tengo tu número, podríamos- — No pudo terminar de hablar que Sasuke le dio un fugaz piquito. Antes de poder enojarse miró atrás suyo si alguien los había visto. Al no ver muros a la costa decidió gritarle en susurros. — ¡No vuelvas a hacer eso, idiota! Mis padres podrían verte. — El contrario rodó los ojos y prefirió ignorar esa vaga amenaza.

— Mañana, a las 7. Paso por ti.

Naruto quedo con la boca abierta. No pudo replicar nada ya que cuando quiso hacerlo el mayor ya se había ido. Lo único que quedaba era ese hilo rojo.

𝗝𝗼𝗱𝗶𝗱𝗼 𝗵𝗶𝗹𝗼 𝗿𝗼𝗷𝗼. ⚣︎⚤︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora