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- Maldito teme, ¿Acaso la culpa no le afecta? No va a haber una próxima vez, estúpido. - Maldecía por lo bajo, pero aun así lo agendó para mandarle el número a su madre. Abrió el chat de Sasuke e ignoro los mensajes anteriores.

[Naruto]

Le mandé tu número a mi madre porque quiere saber en casa de quién estuve.

No abras la boca de más.

¡Y si yo soy un dobe
entonces tú eres un gran teme!

Guardo su celular en el bolsillo delantero de su jean y siguió caminando por las calles que realmente, no conocía. Caminó un rato hasta encontrar el antro en donde estuvo la noche anterior, por suerte sabía volver desde allí hasta su casa. Aunque tuvo que caminar mucho antes de llegar a ese punto que conocía. Estuvo caminando durante hora y media, sus piernas dolían demasiado.

Al llegar a su casa estaba transpirando y jadeando, intento entrar sigilosamente para no llamar la atención de su madre. Su padre era mucho más comprensivo y no le gritaría, pero su madre sí y su cabeza explotaría si escuchaba un solo grito más.

- ¡NARUTO! - Su madre logro oírlo todo con su oído de mamá y se lanzó a abrazarlo. Y si, su cabeza explotó con el grito. Realmente se arrepentía de haber tomado tantos tragos la noche anterior.

- Mgh, no grites, me duele la cabeza dattebayo. - Ah, y siempre, con resaca o no, si le dolía la cabeza tenía un humor de perros. No lo culpen, además ya estaba teniendo un mal día con despertar en casa ajena y tratar de ser respetuoso por las molestias.

- Eso es tu culpa, nadie te manda a emborracharte e irte con quién sabe quién, Naruto Uzumaki.

- Hijo, ¿Te viste a un espejo? - Le preguntó su padre casi sintiendo que su alma se salía de su cuerpo. Él pensaba que su niño aún era inocente y le dolía saber que ya no por lo que sus ojos veían.

- Uh... no. - Respondió bastante extrañado por esa pregunta "rara" en un momento como ese.

- Ve a verte. - Suspiro, dolía chocar contra la realidad de que tu niño, ya no es un niño.

Naruto muy extrañado fue siguiendo las indicaciones de su padre. De paso se lavó la cara para refrescarse e intentar mejorar su humor. No noto nada raro en su piel, ni ojos, ni dientes, ¿El pelo? Nah, seguía igual de desordenado como siempre.

- ¿Qué se supone que tengo que veeer...? Ok, ya entendí. Me las pagarás, Uchiha. - Tenía dos manchitas rosita oscuro en su cuello, cerca de su nuez de Adán. No quería averiguar si tenía más por su cuerpo, aunque dudaba que tenga más por debajo de su ropa porque tenía entendido que no pudieron hacer nada más que un par de besos, toques y una felación. Pero en sus hombros era probable que tenga un par más.

- ¿En casa de un amigo, eh? - Pregunto sarcástico su padre con una sonrisa burlona en su cara. Ese tono que solo los padres sabían usar para joderte la vida con una pequeña oración, era con gracia, burlándose, pero al mismo tiempo seria demostrando que la situación no daba ni puta gracia.

- Debió... ¡Debió ser un mosquito mientras dormía! - Intento excusarse con lo primero que se le ocurrió.

- Voy a fingir que te creo, Naruto. - Fue su única respuesta.

Luego de eso, Naruto se la paso tirado en la cama. No tenía ganas de nada la verdad. Había engañado de la peor forma a su mejor amiga y se sentía demasiado mal consigo mismo. Sí, estaba teniendo una recaída. Eran esos días que llamaba "malos días" desde que supo que no superaría la depresión de un día para el otro, sino que esta se iría gradualmente a veces podría deprimirse nuevamente aunque ya esté casi completamente curado.

𝗝𝗼𝗱𝗶𝗱𝗼 𝗵𝗶𝗹𝗼 𝗿𝗼𝗷𝗼. ⚣︎⚤︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora