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Un rubio esperaba aburrido en esa linda y nueva cafetería a una persona muy importante para él. Jugaba con la pajita de la malteada de fresa por la mitad. Quería pensar que no lo dejaron plantado, sería algo muy feo por parte de su amiga. Ya cuando se rindió en medio de un suspiro y cuando estaba a punto de irse diviso esa cabellera rosada. Se veía muy artificial, pero le quedaba bien a la chica, solo que tenía un corte de pelo muy feo. No le favorecía el cabello corto.

-¡Naruto! -La chica se acercó corriendo con una enorme sonrisa y tomada de la mano de un chico pelinegro. Que estaba siendo prácticamente arrastrado mientras se quejaba por esa acción.

-Sakura. -Le sonrió como siempre y se saludaron con un beso en la mejilla como costumbre. Luego miró a su lado. ¿Quién es? Era la pregunta más importante que rondaba en la cabeza del chico bronceado.- Creí que no llegarías nunca, dattebayo. -La chica hizo una reverencia en forma de disculpa.

-Lo siento, nos atrasamos por el tráfico. -Miro a su amigo y este dirigió su mirada a sus manos tomadas a las de su novio. - ¡Oh! Te cité aquí para que se conozcan, hace unas pocas semanas comenzamos a salir. Eres casi un hermano para mí y quería que me dieras tu "aprobación", por decirlo de algún modo. -Sonrió nerviosa y con un sonrojo se sentó en la mesa donde estaba el de marcas en las mejillas anteriormente. Sakura y su novio de un lado, Naruto del otro.

-Ah, ttebayo que no sabía nada. Ahora que no estás soltera vas a dejar de llorar porque "nadie te quiere" -Rieron ese par de amigos con la naturalidad de llevar tantos años juntos.- ¿Y cómo...-Se quedó callado mirando su mano y la del otro hombre en la mesa. La mano bronceada y luego la pálida, bronceada, pálida, morena, blanca, suave, áspera, uñas sin pintar, uñas pintadas, dedos cortos, dedos largos. Prácticamente, se aprendió de memoria la mano izquierda contraria. El otro chico y su novia lo miraban raro, como queriendo adivinar que tanto miraba su mano. Y si se fijaban bien en su cara se podía notar un ligero color rojo por la sangre retenida en sus mejillas.

-¿Y cómo qué? -Pregunto ese tipo serio y guapo. Su voz le dio un escalofrío a Naruto, tan grave y tan masculina. La suya era más de puberto e infantil por las boberías que solía hacer.

-¿C-cómo se conocieron? ¿Cuál es tu nombre? -Cambio rápidamente su actitud sonriendo de forma nerviosa mientras ponía su codo sobre la mesa y recargaba su cabeza en este.

-Nos conocimos en el mercado en la sección de verduras y frutas, cosa que tú no conoces, Naruto. Fue hace unos meses, intercambiamos números y comenzamos a hablar seguido y... hace dos semanas decidimos salir. -Se notaba hasta corazones en sus ojos o en el aire de tan enamorada que estaba. Ni siquiera presto atención al tono de reproche que uso su amiga por su mala alimentación.

Solo se sentía cada vez peor... sabía la historia del hilo rojo, si hubiera sido otra situación y tal vez otra persona no creería nunca en esa leyenda. Pero desde que tiene memoria puede ver un hilo rojo y brillante atado a los dedos meñique izquierdos de las personas, incluso él suyo. El cual no se había preocupado por buscar el otro extremo. No estaba muy interesado en eso de relaciones, pero ahora que veía a su alma gemela de frente no sabía qué pensar. Había visto su hilo brillar desde hoy, no estaba emocionado, pero ahora no podía repudiar más su supuesta otra mitad.

Jamás había reflexionado en un hombre para algo amoroso o inclusive sexual. Tenía entendido que le atraían las chicas, le parecían lindas y veía un futuro con alguna de ellas como madre de sus futuros hijos. Pero oh, el destino es retorcido, gracioso y cruel en muchos casos. Este era uno en dónde el destino o casualidad, como quieran llamar, quiso jugar con su mente y corazón de ahora en adelante.

-Sasuke Uchiha, tú eres Naruto, ¿Cierto? -Solo asintió aún procesando lo que veían sus ojos especiales en ambas manos.- Sakura me contó mucho de ti. -Sonrió coquetamente y estiró su mano para un apretón amigable, un saludo común entre hombres. Pero sus manos se sostuvieron más tiempo del que un ojiazul incómodo esperaba, y quito su mano como si tocará lava en cuando el chico con el dedo pulgar acarició su palma de forma discreta.

- Naruto Namikaze-Uzumaki, espero nos llevemos bien. -Y claro que se llevarían bien, eran putas almas gemelas. Según la leyenda verídica desde que nacieron estuvieron conectados, se complementan. Juntos se fortalecen, llenan las carencias del otro, se inspiran a ser mejores. — Debo admitir que es sexy. ¡Un momento! ¿Sexy? Pff... heterosexualidad, Naruto, heterosexualidad. -Negó con su cabeza sacando ese pensamiento y miró a Sakura, se veía tan feliz... Ella era casi una hermana para él, la conocía bien, ya había caído por completo en la red de "Uchiha". Lloraría a mares cuando su relación termine.

En parte envidiaba a Sakura, ella no tenía hilo. No estaba obligada a pasar el resto de su vida con alguien. Podía amar con toda su alma a quien quisiera y cuántas veces quisiera, podía estar con todos y con nadie a la vez.

Pero, por otro parte, sentía una pena muy profunda, desde los trece que conoce a la chica, ella siempre soñó con un príncipe azul. Siempre soñó encontrar el amor. Su otra mitad. Ella, la más ilusionada con una relación que florezca y ser feliz, lo tenía más complicado.

Ella podía tener una relación con alguien que ya tiene hilo, porque la mayoría de veces no se encuentran la otra punta, el otro extremo, pero si lo encuentran es muy probable que la relación de ella y el chico falle.

Otra opción era estar con chicos que tampoco tengan hilo como ella, ¿Pero cómo ella iba a saber? Nadie veía esa cuerda carmín. De pequeño creyó que todos lo veían igual que él, con los años comprendió que no y ahora es su más grande secreto. Solo su perro Kurama conoce su secreto.

-Bueno, yo quiero un smoothie de fresa y una magdalena de manzana... ¿Tú quieres pedir algo, Sasu? -Inclinó su cabeza para "disimuladamente" acostarse en el hombro de su novio. Este la miro indiferente y con un poco de incomodidad, que exclusivamente quien lo conocía de verdad podría notar el casi imperceptible cambio de su seriedad.

-Café amargo está bien. -Le tomo la mano por debajo de la mesa para mantener contenta a la chica, él odiaba el contacto innecesario y más con mujeres con sus cuerpos delicados y voces chillonas.

-¿Y t-tú Naruto? -Pregunto toda ruborizada por ese simple acto. Sus neuronas habían dejado de hacer contacto por tan simple acto que le generaban un remolino de emociones.

-Ya tomé un batido de chocolate antes... pero unos Dangos no hacen daño a nadie, dattebayo. -Cerro los ojos y levantó los hombros en signo de que no importaba. No lo notó, claro, no tenía un espejo para verse el sonrojo de su cara. Pero Sasuke sabía que lo había puesto nervioso, sabía que intimidaba y coqueteo de forma silenciosa con él. Sakura solo pensaba que era por el calor, si bien noto un poco de tensión entre su mejor amigo y novio, decidió ignorarlo, probablemente no era nada importante.

-Le hace mal a tu salud. ¡Debes contarme tu secreto para estar traga y traga sin engordar nada, Naruto! -Sakura intento hacer la conversación menos incómoda sacando un tema y Naruto creía que era obvia la respuesta.

-Simplemente, no como mucho, aunque casi todo lo que como es chatarra. Y no subo de peso por hacer deporte, recuerda que estoy en varios clubes. Tú haces dieta porque no haces ejercicio, tontina. -Habló con un tono de obviedad rodando los ojos. Después de eso llamo al mesero para todos pedir lo que querían.

Sasuke Uchiha tenía un pensamiento rodando su mente desde que vio a Naruto Uzumaki: "Es un poco caliente, y parece agradable, definitivamente quiero verlo más veces".

- Tienes razón. ¡CHAAAA! ¡Es cierto! Yo no hago tanto deporte como él, tal vez si me uno a las porristas pueda comer lo que yo quiera como Naruto. — Reflexionaba Sakura, realmente odiaba las dietas, pero le gustaba verse delgada y linda para los chicos, actualmente, para Sasuke.

Los tres en la mesa, un Naruto intimidado por el moreno, una Sakura que era la que más hablaba y siendo cariñosa-obsesiva con su pareja y Sasuke... siendo Sasuke, mirando de vez en cuando de más al amigo de su novia.

𝗝𝗼𝗱𝗶𝗱𝗼 𝗵𝗶𝗹𝗼 𝗿𝗼𝗷𝗼. ⚣︎⚤︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora