ⒾⓋ

1.3K 150 33
                                    

- Naruto-san, puse tu ropa a lavar en la noche, y si ya terminaron su plática, el desayuno está listo. Sasuke tú pon los platos. -Itachi interrumpió la burbuja en la que ambos se habían metido, aunque más que una burbuja de amor, era una de tensión sexual.

- Oh dios mío, creo que voy a vomitar otra vez. - Tal y como advirtió el moreno, se volvió a acercar al lavamanos para volver a vomitar. Los recuerdos le desagradan y saqueaban de sí mismo.

- Al menos hubieras ido al baño, dobe.

- No sabe dónde es, hermanito. - El único de cabello largo tomó un plato para servir todos los suflés que cocino y los apoyó en la mesa donde comerían. Sasuke mientras tanto buscaba más platos, vasos y tenedores para comer. Además, tomo el jarabe y manteca para endulzar los esponjosos dulces.

- Naruto, ¿Te gusta el té o el café? - El menor de los uchihas actuaba con normalidad, realmente era cosa de todos los días o la mayoría de ellos engañar a las chicas con las que salía. No solía estar con ellas más que un par de meses, ya que cuando ellas buscaban algo sexual o reclamaban su falta de afecto (al no sentirse atraído por ellas) terminaban la relación sin saber que les metieron los cuernos.

- Té. Dios... Sakura me va a matar dattebayo. Me acosté con su novio... - Luego de asear su rostro golpeó su cabeza contra la mesa y se quedó ahí pensando en su desgracia. Aceptado el desayuno que realmente olía delicioso. Itachi tenía mano para la cocina.

- No nos acostamos, pero si quieres podemos retomar cuando quieras lo de ayer. — Conectaron miradas y la del ojiazul claramente decía "cállate o te mueres". Comprendió el mensaje y decidió hablar en serio está vez. — No creo que te mate, siempre dice cosas asombrosas de ti, usuratonkachi.

- ¿Y qué, teme? En cuanto sepa lo que hice nuestra amistad se irá a la chingada. Sin mencionar que me mandará a un hospital de por vida por la paliza que me dará dattebayo. - Levantó su rostro de la mesa para dar un bocado a los suflés. Realmente se preguntaba por qué el hilo rojo le gustaba jugar con su mente. En primera no era gay y en segunda nunca hubiera querido estar conectado con el novio de su amiga. Es algo obvio de las amistades, no te metes ni con el novio ni con el ex de tu mejor amiga. Son cosas que simplemente no se hacen y ya. Hasta el idiota de Naruto sabía eso.

- En mi opinión, tu amiga se molestará mucho contigo, pero tarde o temprano te perdonará. Una amistad vale más que un novio, en especial uno de pocos días.

- Ojalá solo ese fuera mi único problema... -El verdadero problema era que su destinado era Sasuke, toda la vida recordarían esto. Más aún si terminaban juntos como el destino quería. - Oye, Itachi-san, esas ojeras se ven feas, ¿Acaso no duermes? — Pregunto preocupado sin notar que fue grosero.

- No cuando alguien se está intentando acostar con mi hermano y yo estoy en la casa, a la una de la mañana.

- Tienes razón, lo siento. No sabía lo que hacía, no recuerdo mucho por suerte ttebayo.

- No te veías muy disgustado anoche, dobe.

- ¡Ugh! Ya cállate, teme. - Ciertamente, evitaba ver las manos de Sasuke, odiaba ver ese maldito hilo rojo que los conectaba. Lo único que estaba arruinando su vida. Maldijo el minuto en que deseaba encontrar su hilo, ahora se arrepentía de saber si se terminaba.

Y entonces lo notó.

Había un nudo en el medio del hilo.

Eso significaba que había un problema que evitaba que estén juntos. "No me digas" pensó el Uzumaki.

Pero al mismo tiempo, le llamó la atención un brillo. Ah, cierto, las demás personas también tenían hilos. El de Itachi brillaba, eso significaba muchas cosas. Podría ser que conozca a su alma gemela, o algo bueno ocurra con ella. O simplemente una mitad estaba tan feliz que podía transmitir esa vibra a su compañero de vida.

𝗝𝗼𝗱𝗶𝗱𝗼 𝗵𝗶𝗹𝗼 𝗿𝗼𝗷𝗼. ⚣︎⚤︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora