ⒾⓍ

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- ¡Debemos contarle esto a los chicos! - En cuánto salió con ese disparate la mirada en esas perlas negras cambio, antes se reía de sus ocurrencias, pero esa ya no le hacía gracia. Al contrario. - Ese Uzumaki ahora es como un dios para mí, necesito contarles de mi nueva religión. - Insistió al ver su rostro amargado, asqueado por la sola idea. No dudó en negarse y ser lo más despectivo posible, sabía lo que aquello podía ocasionar.

- No, Hozuki. - Se adelantó a cualquier excusa que pueda usar el chico adicto al agua. Este ya estaba por empezar con un berrinche a la vez que se formaba un puchero en su rostro. Algunos dirán que era infantil, y lo era, otros que era tierno, pero solo se veía estúpido ante el mayor en altura. - Ya sabes por qué. - Eso solo "empeoró" a su amigo, quien sabía exactamente porque no quería decir nada y debía comprenderlo a la perfección, empatizar, insistía de igual forma.

- ¡Vamos! ¿Cuántas probabilidades hay de que te vuelva a gustar alguien? ¡Ninguna! - Ambos se mantenían firmes ante sus ideales, ninguno quería dar su brazo a torcer al parecer. Suigetsu era asi, lo conocía, con suerte no era terco aunque le gustase insistir un poco. - Ellos te aceptarán, no son como tú crees. - Imposible, nunca terminas de conocer a una persona. Tampoco sabes lo que puedes esperar, y aunque no esperes nada, muchas veces te decepcionan.

- ¿Y entonces por que no les dices lo tuyo en vez de lo mío? - Contraatacó sin piedad, pudo ver al ojivioleta cambiar su rostro a uno de terror. Si uno caía, ambos lo harían. Solo así sería justo. Pero al parecer, no le gustaba la idea de justicia al tonto de su amigo.

- ¡Es diferente! - Se excusó.

- No lo es. - Exclamó.

- ¡Sí, sí lo es! A ti te gusta alguien que no conocemos, que por cierto, ya tiene mis respetos. - Aclaro de forma rápida. - ¡Pero a mí no! Él está en el grupo, y si les digo, es obvio que van a sospechar que me gustas tu o él, y saben que tu apenas y me hablas. Es obvio que tu no me gustas y babeo por él. - Bueno, tenía algo de sentido lo que decía. Ellos no conocían Naruto, de nada, y dudaba que lo hagan a menos de que el rubio acepté salir con el y conocerlos. Cosa que veía difícil, pero no imposible. El chico que tenía algo que le gustó, no sabe bien qué, tal vez que lo rechazo al instante y en todas las oportunidades posible. Quizás quería que se trague ese orgullo (y tal vez algo más) y gima su nombre diciendo cuánto lo ponía y dejé de rechazarlo. Sí, eso sonaba bien.

A Jūgo lo conocían desde siempre, se podría decir. Al entrar a la universidad instante se formó el grupo y la relación se volvió estrecha quiera o no, se volvieron bastante íntimos en poco tiempo entre todos.

- ¿Babeas por quién? - Ambos chicos casi pegan un salto al techo como gatos huraños al escuchar una voz femenina que reconocieron al instante conocida. Uno supo disimularlo mejor que otro, claro.

- ¡Po-por nadie! ¿¡Qué te hace pensar eso!? ¡Jajaja! - Sasuke pudo jugar que Pinocho lograba mentir mejor que Suigetsu. El cerebro funciona desde que naces hasta que te enamoras, dicen. Esperen, el chico siempre fue un idiota incluso antes de encularse con un pelirrojo que media dos metros y amaba la naturaleza. Bueno, tal vez era de nacimiento la patología.

- Tú lo dijiste. Dijiste que babeas por alguien ¿Quién es la afortunada? - Preguntó con voz tranquila el de piel oscura, aunque bastante sorprendido por la noticia que acababan de escuchar sin querer. La verdad es que el peliblanco deseaba que la tierra lo tragase y lo es cupiera en donde había nacido para reclamarle a la enfermera de porque lo dejó vivo.

- Desafortunada, querrás decir. - Le corrigió la chica.

- N-no es nadie, de verdad. - Mintió otra vez. Toco su rostro con su mano para comprobar que la piel estaba caliente, apostaba que roja. Sentía que no podría ver jamás a Jūgo a los ojos de nuevo, pero su mirada se desviaba todo el tiempo hacia él. Su cuerpo lo estaba delatado con un cartel enorme y neón diciendo "ME GUSTA ÉL" y no sabía como apagar dicho logo.

𝗝𝗼𝗱𝗶𝗱𝗼 𝗵𝗶𝗹𝗼 𝗿𝗼𝗷𝗼. ⚣︎⚤︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora