𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 3

185 17 2
                                    

Tomo su teléfono dentro del bolsillo de sus pantalones y busco el perfil de Instagram del castaño, encontrándolo al instante, Yibo contaba con una gran cantidad de seguidores y no le sorprendía, el chico presumía de su atractiva apariencia, ganánd...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tomo su teléfono dentro del bolsillo de sus pantalones y busco el perfil de Instagram del castaño, encontrándolo al instante, Yibo contaba con una gran cantidad de seguidores y no le sorprendía, el chico presumía de su atractiva apariencia, ganándose cientos de me gustas y comentarios en sus fotos, que dejaban a más de uno suspirando. Mientras revisaba su Feed, se topo con una linda fotografía donde se le veía abrazado a un oso de peluche, no pudo evitar sonreír viendo aquel rostro lleno de inocencia característica de alguien de su edad.

El pelinegro se convenció así mismo que Yibo aún era un niño explorando el complejo mundo de la adolescencia, lo que paso en aquella habitación era una reacción normal a su edad, donde las hormonas estaban a flor de piel y cualquier muestra de afecto o cariño puede ser malinterpretada, en el futuro seria mas cuidadoso con sus acercamientos y evitaria otra confusión como esa.

No quería que las cosas se tornaran incomodas entre ellos, el castaño le agradaba mucho y era el primer amigo que hacia en la ciudad. 

Cuando estuvo frente al edificio donde vivía, bajo del taxi y camino hasta la estación de transporte para enviarle un mensaje al castaño, sin esperar que le respondiera inmediatamente.

— Si tienes algún problema no dudes en llamarme a la hora que sea, iré por ti, no estas solo, puedes contar conmigo.— Aunque la oferta le resultaba tentativa, no quería involucrar mas a Yibo en sus problemas familiares.

Mordió sus labios con nerviosismo, sintiendo el impulso de huir y jamás volver a casa, pero la imagen de su hermana, lo hizo volver a la realidad, mientras su padre y madrastra tuviesen la custodia, debía aguantar todo lo posible, ella lo necesitaba y no podía abandonarla.

Guardo el móvil en su bolsillo y camino hacia el edificio, tomándose su tiempo para subir las escaleras hasta el tercer piso, deteniéndose frente a la puerta numero diecinueve.

 — Todo esta bien, no pasa nada, hemos estado aquí muchas veces, no será diferente.— Apoyo su frente sobre la madera, lidiando con sus demonios internos.

Tomo sus llaves y abrió la puerta, encontrándose con una multitud de personas ingiriendo alcohol por todo el lugar, camino hasta su habitación sin detenerse a mirar lo que estaban haciendo, el ruido comenzaba a sofocarlo y lo único que deseaba era comprobar el estado en el que se encontraba su hermana, pero antes que pudiese abrir la puerta fue detenido por una mujer de mediana edad que se encontraba muy ebria.

— Eres tan guapo ¿Quieres que entremos juntos? —. La mujer hizo un movimiento sugerente con su lengua, acercándose peligrosamente al cuerpo del pelinegro, incomodandolo por la cercania. 

— Deja en paz a mi hijo. — Zhang Yuxi aparto a la mujer de un empujón. — Piérdete. 

El pelinegro volvió a respirar con tranquilidad cuando vio a la mujer alejarse, no era la primera ves que algo así pasaba en casa, cuando su madrastra organizaba aquellas reuniones sociales, sus invitados se le acercaban para tratar de coquetearle o tocarlo en el peor de los casos. 

𝑺𝒍𝒆𝒆𝒑 𝒐𝒏 𝒕𝒉𝒆 𝒇𝒍𝒐𝒐𝒓 ♥ / ʏɪᴢʜᴀɴ / ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora