El amor puede presentarse de formas inesperadas y eso Wang Yibo lo descubrió al conocer a Xiao Zhan. Ambos se verán arrastrados por el deseo y la obsesión, iniciando un juego peligroso en el cual sus vidas serán llevadas al límite.
Deberán elegir e...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La noche era fría, acompañada del roció de la lluvia que caía como hojas secas en verano. Dentro de la habitación se encontraba el pelinegro profundamente dormido, aferrándose a su almohada como un niño pequeño, temeroso de la oscuridad.
Después llorar y romper todos los objectos que se cruzaban a su paso, cayo en un profundo sueño, donde la triste y el dolor, no podían tocarlo.
Dentro de ese sueño, se encontraba en una pradera cubierta de pétalos de cerezo. El lugar aparentaba ser mágico, su belleza y pureza eran irreales.
Preguntándose si estaba soñando o ese paraje pertenecía a la realidad.
No, claro que no.
este no podría ser real.
El mundo que conocía,
Era Cruel
Hostil
Y asfixiante.
— Solo es un sueño. — Se recordó a sí mismo. Caminando sobre las rocas brillantes que conducían a un enorme lago de aguas cristalinas, en el cual admiro su reflejo en la superficie.
Zhan abre sus ojos impresionado, su cabellera era extremadamente larga y abundante. Su pijama fue remplazada por un Hanfu de color blanco, bordado con hilos dorados.
Pero lo que más llamo su atención, era el medallón que colgaba en su cuello. Un hermoso zafiro color azul se encontraba incrustado en el centro del colgante, como una pequeña esfera de cielo.
Sostuvo el medallón entre sus manos, teniendo la impresión de haberlo visto antes, pero ¿Dónde?
Al intentar colocárselo nuevamente, este cae al agua, hundiéndose tan rápido como una piedra.
Zhan se arroja al lago. Nadando con todas sus fuerzas, en un intento desesperado por recuperarlo, pero al llegar al fondo, se encuentra con el cuerpo de una persona.
Olvidándose por completo del medallón en el momento que mira el rostro cadavérico de Yibo.
El pelinegro se apresura a rescatarlo, advirtiendo que algo no estaba bien.
Una sombra siniestra se sitúa detrás del castaño, Enrollándose alrededor de su cuerpo. Apretándolo hasta que sus huesos se rompen, produciendo un ruido espantoso que perturba sus oidos.
El pelinegro sujeta la mano de Yibo con todas sus fuerzas, en el instante que es devorado por la oscuridad.
—Yibo. — Zhan despierta exaltado con el rostro cubierto de lágrimas. — Solo fue una pesadilla. — Cierra sus ojos por unos segundos, intentando regular su respiración.
Toma su celular sobre el escritorio, viendo la hora reflejada en una esquina de la pantalla. Eran casi las cinco de mañana, no tenía caso seguir en la cama.
