El amor puede presentarse de formas inesperadas y eso Wang Yibo lo descubrió al conocer a Xiao Zhan. Ambos se verán arrastrados por el deseo y la obsesión, iniciando un juego peligroso en el cual sus vidas serán llevadas al límite.
Deberán elegir e...
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El pelinegro guarda el frasco de pastillas dentro del bolsillo de sus pantalones y continua su camino con un montón de interrogantes en su mente.
¿Por qué Yibo tendría Valium consigo?
¿Acaso las utilizaba de manera recreativa?
Negó con la cabeza, descartando la idea de inmediato, el castaño no parecía ser un adicto, pese a no conocerlo muy bien, tenía la confianza de creer en su integridad.
Su mirada sigue atentamente a Yibo, intentando buscar las respuesta a sus interrogantes, entonces recuerda lo sucedido en el salón de clases, quizás el chico padecía algún problema de salud y las pastillas eran de uso médico, después de todo el Valium era recetado a las personas que presentan síntomas de ansiedad y agitación momentánea.
— Si... Debe ser eso. — Susurra para sí mismo.
Le devolvería el frasco de pastillas cuando tuviese la oportunidad, no queriendo incomodarlo de algún modo, al no mencionarlas en su conversación.
— ¿Zhan?. — La voz de Jackson le saca de sus pensamientos. — Acércate, Te presentare a mi madre.
El pelinegro se sorprende por el gran parecido que comparte Yibo con su madre, ambos eran muy parecidos, tenían el mismo color de ojos y de cabello, incluso cuando sonreían o hacían algún pequeño gesto.
— Es un gusto conocerla... Soy Xiao Zhan. — Hace una reverencia algo tímido.
— El gusto es mío Zhan, soy Wu Mei. — Le devuelve el gesto. — Espero que mis hijos no te den muchos dolores de cabeza, en especial Yibo.
— ¿Yo? —. El Castaño se cruza de brazos. — Siempre piensas lo peor de mí.
Los mayores se ríen a excepción del pelinegro.
— En realidad Yibo es un buen chico. — Zhan interviene a favor de ambos. — Estoy muy agradecido, gracias a ellos e podido adaptarme muy bien.
— Vaya... Que tierno eres ¿Cómo puedes ser amigo de un par de idiotas como estos? — . Bromea molestando a sus hijos.
— ¡Mama! — Jackson y Yibo gritan al unisonó.
Mei se hecha a reír, checando la hora en su reloj. — Debemos irnos, Espero volver a verte pronto Zhan, eres bienvenido a nuestra casa. — Se despide de ambos jóvenes con un corto abrazo. — Cariño vuelve antes de las cinco, recuerda la cena de esta noche.
Jackson asiente, volviendo dentro del instituto junto a Zhan después de despedirse de Yibo.
— ¿Qué sucede contigo? Yibo por el amor a dios, sube al auto.
— Ya escuché. — Yibo suspira observando a Zhan alejarse junto a su hermano, quería hablar un poco mas con el pelinegro, pero debía volver a casa, comenzaba a sentirse cansado y solo era cuestión de tiempo para que su cuerpo cediera ante los efectos de las píldoras y terminase exhausto.
