El amor puede presentarse de formas inesperadas y eso Wang Yibo lo descubrió al conocer a Xiao Zhan. Ambos se verán arrastrados por el deseo y la obsesión, iniciando un juego peligroso en el cual sus vidas serán llevadas al límite.
Deberán elegir e...
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— ¿Por qué soy el único que va a dirección? Ese idiota de Arthur tendría que venir también. —Yibo camina detrás del director con las manos dentro de sus bolsillos.
No dejaba de imaginarse todas las cosas que le haría a Arthur, le rompería la cara y luego patearía su trasero, hasta que el odioso hijo de puta, pidiera clemencia, después de hoy, lo consideraba su enemigo numero uno y tarde o temprano se vengaria.
— Entra. — El director abre la puerta de su oficina, esperando que el castaño ingresara y no escapara.
— Es usted muy amable director. —. Responde con sarcasmo.
Yibo camina dentro del lugar, encontrándose con Li Shui, la secretaria del director Ken.
— Wang Yibo, ¿Por qué no me sorprende verte tan pronto por aquí? ¿Qué travesura hiciste esta vez? —. Shui busca dentro los cajones un dulce para el castaño.
— Gracias Shui, eres tan linda. — Se toma su tiempo para abrir el empaque de color azul y llevarse el dulce a la boca. — Sabes que soy un buen chico, pero nuestro amado director al parecer no piensa lo mismo. — Yibo reconoce la camisa que lleva puesta la mujer, Pertenecía a la nueva colección de su madre. .— Esa camisa se ve muy hermosa en ti, deberías pasarte por la tienda el fin de semana, te gustaran las nuevas, estoy seguro.
— Gracias y por supuesto que pasare el fin de semana, amo mucho la ropa de la Sr Mei. — Shui comienza una platica con el castaño, ignorando la presencia del director.
— Lamento interrumpirlos, pero necesito hablar con el joven Wang. — El director señala la puerta de su oficina.
— Hablaremos en otro momento y en otro lugar. — Se inclina cerca de su oído para susurrar. —Se puede sentir la mala vibra del director Ken. — Yibo se despide y entra a la oficina, sentándose frente al director.
Yibo le da una rápida mirada al lugar y como era de esperarse, no había cambiado en nada, estaba todo en el mismo lugar que lo recordaba, la pequeña sección de libros aburridos, los adornos que no sabia exactamente que eran sobre la mesa de vidrio y las paredes blancas sin vida, adornadas por simples cuadros de figuras históricas de china.
— Esperaba no tener que molestar a tu madre tan pronto. — El director suspira un poco fastidiado viendo la cara del menor de los Wang.
— Entonces no la llame y asunto resuelto. — Yibo se cruza de brazos son una sonrisa, viendo el rostro enfadado del director Ken.
— Wang Yibo. — El hombre golpea sus puños sobre el escritorio. — Estoy cansado de tus berrinches e insolencias, no soy como tus profesores con los cuales puedes hacer lo que se te venga en gana, conmigo las cosas son diferentes, vas a respetar mis reglas quieras o no.
— No se moleste, le puede dar un ataque al corazón, relájese. — El castaño muerde sus labios, evitándo reírse.
— ¿Piensas que soy una bro.. — . El director se detiene al escuchar la voz de su secretaria.
