Ｒｏｌｌｅｒ Ｃｏａｓｔｅｒ |SooJun|

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—Ugh, ustedes dos me dan tanto asco.

Espetó Jungkook, volteando sus ojos y procediendo a eruptar todo el gas que su sexta cerveza producía dentro de su cuerpo.

—Relajate Hyung, ha pasado más de un año desde que nos empezaste a ver cómo pareja —se defendió el pelinegro.

—¡Son extremadamente cursis! Ni siquiera YoonGi en su doceavo trago se pone tan meloso como ustedes dos en tan solo segundos.

Porque sí, aquellos tres se habían vuelto una amistad más cercana de lo que pudo esperarse.

—¿Cómo no voy a poner cursi? Si mi novio es lo mejor del mundo, mi vida entera, mi razon de ser... —el castaño tomó entre sus manos las mejillas de su pareja— El aire que respiro, mi luz en la tormenta, mi...-

Un repentino estruendo de palmas sobre la pequeña mesa en la sala hizo a sus palabras cortar. El joven bajo grandes cantidades de alcohol se puso de pié con dificultad, apuntó acusatoriamente y con resentimiento habló arrastrando cada sílaba.

—¡Basta! —su cuerpo tambaleó.— He tenido suficiente con ustedes dos —hipó.— ¡No lo soporto más!

Agregó una breve pausa para tomarse su trago completamente en un solo segundo.

—Choi BeomGyu, Kang Taehyun ¡JODANSE!

Declaró y cayó inmediatamente como consecuencia a su estado de embriaguez.

Jungkook simplemente no pudo sostener la carcajada.

-¡Cállate YeonJun! —mandó Taehyun entre risas— Solo estás celoso, si tú enorme novio estuviera aquí mismo estarían peor que nosotros —enjuició con todas las bases para que aquello no fueran solo palabras.

Porque había sido cierto.

Hace mucho. De hecho, la última vez que SooBin había ido de visita a su país natal.

Aquellos dos no pudieron dejar la habitación en ningún momento.

Pero eso era solo un pasado muy lejano, ahora solo había soledad. Así que sí, las palabras de Taehyun eran ciertas: Eran los celos de un no-he-visto-a-mi-novio-en-meses YeonJun.

Había pasado ya dos años desde la graduación de ambos, un año desde el supuesto regreso de SooBin que nunca llegó. Le había llegado una oportunidad de cursar otro año en el extranjero.

Y la tomó.

Dos años que parecían no acabar porque siempre era un "El siguiente mes vuelvo" falso, insípido. Dos años en los cuales YeonJun se sentía cada vez más y más lejos del chico del cual se enamoró perdidamente.

Aunque no todo había resultado para mal, conoció a BeomGyu y Taehyun. Sus nuevos mejores amigos.

BeomGyu era un compañero de la misma facultad, diseño de modas, y después de unos cuantos trabajos en equipo ambos simplemente se mantuvieron hablando hasta que BeomGyu prácticamente comenzó a vivir cinco de los siete días de la semana en su departamento compartido.

Seguía viviendo con Jungkook en un complejo de departamentos cerca de la universidad, el mayor alegaba que no se iría de su lado pues las rentas eran un "puto chiste capitalista ¿Acaso me ven cara de persona que nació como maldito boomer que le alcanza para una casa, esposa, hijos y un jodido perro? Ni loco YeonJun, yo no me voy de aquí hasta que a esté país se le ocurra que ser tatuador es el trabajo mejor pagado de la nación, nimodo."

Porque sí, Jungkook decidió que luego de tardar cinco años en terminar su carrera como arquitecto era una mejor idea ser aprendiz de un tatuador, para tiempo después él hacerse todo un profesional.