Ｒｏｌｌｅｒ Ｃｏａｓｔｅｒ |SooJun|

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- ¿Qué piensan sobre YeonJun? Dicen que cada vez está más cerca del chico nuevo

- Yo oí que en la última clase de deportes se quedaron hasta tarde besándose, woah ¿Pueden creerlo?

- ¿No era SooBin-ssi heterosexual? Que descaro del imbécil hacerlo gay igual que él.

- ¡Sí! Seguramente tiene una vida fácil para poder disfrutar manejar a todos a su antojo.

-Yah... Por ahí dicen que se prostituye para comprarse sus caprichos.

- ¿Con quienes?

- Mmh ya sabes lo egocéntrico que es, dicen que con managers de empresas idols o incluso con gerentes y directivos ¿Miras las trenzas y buen estilo que tiene? Ellos le dan dinero para que se mantenga hermoso.

- ¿De verdad? Woah, como una puta infraganti.

- Si, si. Su padre es CEO de una empresa por eso no le presta atención y puede hacer lo que quiera.

- ¿En serio? Que envidia y qué bastardo. Tienes dinero y aún así vas de puta para conseguir más ¿No es esa demasiada avaricia?

- YeonJun es como una arpía.

- Si, seguramente hace eso por...-

—¡Ya basta! —Un chico de cabellos negros interrumpió el montón de cuchicheos que escuchaba a su alrededor, aquellos que cada vez le molestaban y hacían arrugar la frente— ¿Quieren callarse? ¿Quién se creen para hablar y asegurar suposiciones sobre la vida de otro? ¿Uh? —Las chicas a su derecha le vieron consternadas, SooBin no era alguien quién reaccionaba a los chismes de la escuela, pero para el joven ya habían llegado a un límite— Ustedes no conocen en nada a YeonJun ¿Están cien porciento seguras que esa es su vida? Yo creo que no. Si nos ponemos a criticar la vida de otras personas nadie se salva aquí, tu por ejemplo Yeri, eres entonces una puta también por besarte en el estacionamiento todos los días con tu novio después de la escuela ¿Ya pensaste en ello?

Sin dejar que la mencionada le contestara, que por cierto se había sentido ofendida, salió agresivamente del aula. Su caminar era pesado y por primera vez había evitado los saludos y sonrisas de la demás gente, estaba molesto, más que molesto, enojado. Enojado porque se dió cuenta la cantidad de calumnias que se decían alrededor del nombre de YeonJun, más cuando éste no estaba presente en la escuela.

No quería aceptarlo pero se vió ligeramente consternado cuando el chico de trenzas no se apareció en la primera hora, ni en la segunda y ni el la siguientes tres horas. Jamás en su tiempo en ese lugar lo había visto faltar, estaba confundido y una secreta voz en él le decía que también estaba preocupado.

Es por ello que abrió camino a la casa del mayor una vez el horario de clase había terminado, anteriormente le había llevado a casa el día que se quedó una tarde con él. Diez minutos después de llegar a la zona y recordar exactamente cuál era el hogar, estaba de pié en la puerta principal replanteando si era buena idea el haber ido.

¿Por qué hago esto? ¿Se molestará si vengo sin avisar?; Dudaba internamente con el timbre bajo su dedo índice, tomó el valor y son poder poner marcha atrás lo hizo timbrar.

Pocos segundos después una figura delgada y femenina abrió ligeramente la puerta.

—¿Quién es? —Preguntó con voz baja y calmada.

SooBin hizo una respetuosa inclinación y se presentó— Buenas tardes, soy Choi SooBin, compañero de YeonJun...Y amigo, me preguntaba si se encontraba bien ya que faltó hoy a la escuela.