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Las horas habían pasado y con ellas trajeron un cambió de clima, irónicamente de acuerdo al estado de ánimo de SooBin; El cielo pintandose de gris y con una espesa brisa ante una posible lluvia.

Sin duda un panorama melancólico.

Y SooBin no podía odiar más aquello. Claro, a la vida no le bastaba con complicarle la existencia ahora tenía que arrebatarle el confortable sol y el esperanzador cielo azul.

Vaya mierda; Pensó desde el fondo de su partido corazón.

Sí, partido corazón. Se maldecia pensando que parecía una colegiala de algún drama barato al que le robaron el chico de sus sueños.

Estúpido, esa era la palabra correcta con la que Soo podía describir quien era en realidad. Un gran estúpido.

Y no lo culpen, tener dieciocho años no era nada fácil, en general no sabía ni que hacer con su vida y ahora tenía que lidiar con la repentina y tardía lucha con saber sobre su sexualidad.
Se preguntaba porqué rayos no pudo haber pasado por eso a los doce, cuando cagarla era aún más comprensible.

Ciertamente no podía ni concentrarse en sus clases, mucho menos tenía cabeza para entrenar el día de hoy.

"Adios SooBin" ¿A que se refería YeonJun con eso?

—¿No iras al entrenamiento? ¡El partido es en 3 días! —Le reclamó un compañero de su equipo al cruzarse por el pasillo y ver que el alto se dirigía a la salida.

—No me importa —Espetó de una manera cero característica de él, aquel chico se sorprendió ante tanta frialdad.

—Te acusará el entrenador con tus padres —Advirtió y el chico de cabellos negros solo asintió siguiendo su camino.

Tal vez unas frituras y acostarse en posición fetal sobre su colchón resolvería sus problemas y mientras tanto ese era su plan hasta que su mal humor se esfumara.

Y eso solo ocupó su mente por unos minutos hasta que llegó a su casa y encontró a su hermano, sorpresivamente, moviendo un musculo y haciendo algo productivo en su hogar.

A lo mejor su madre le había condicionado con algo y realmente no le interesaba saber, simplemente pasaría de largo.
Lamentablemente le fue imposible.

—¿A dónde crees que vas? —Le dijo el mayor desde la sala con un trapeador descansando bajo su bícep. En algún otro día le parecería gracioso verlo con su cabello semi recogido y con un delantal sobre sus oscuras ropas, hoy simplemente le parecía molesto.

—A mi habitación.

—Ah-Ah —Negó con irritación al notar que los gestos de su hermano menor era significado que andaba de malas— No me importa que mierda traigas y hasta donde yo sé deberías de estar entrenando, y ya que estás aquí vas ayudarme a limpiar.

—Olvidalo —Rodó los ojos y se dispuso a subir pero el lavantamiento en la voz del mayor le hizo volver a voltear.

—¡Te dije que no me importa lo que quieras! Mamá me tiene con un trato y de esta tarde depende en que me regrese con papá, no permitiré que la arruines y ahora irás a tirar todas las basuras —El menor iba replicar— ¡Dije todas!

Con un gesto de molestia dejó caer su mochila al suelo y sin dejar de fanfarrunear hizo lo cometido.

Ahora su nuevo objetivo de maldiciones era el inútil de su hermano, algún día se vengaria por hacerlo enfadar.

Mientras que SooBin venía entrando de la puerta trasera su madre hacia lo mismo pero por la principal y tal vez aún más enfadada que él.

—¡Choi SooBin! —Llamó por lo alto y con claro enojo— ¡Choi SooBin ven aquí ahora mismo!

Roller Coaster |SooJun|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora