Paso una semana, me había negado hablar con mis hermanos y hasta con mi mejor amiga.
No me había cruzado con Isaza y lo agradecía mucho, porque sabía que él iba a querer hablar conmigo y yo no quería ni siquiera verlo en una pintura.Estaba en mi habitación pintando un cuadro, tenía el volumen de mis audífonos al máximo, cuando la puerta de mi cuarto se abrió.
—Hola — era Alejo — Simón me dijo que le diga que Isaza va a venir en unos diez minutos, por si quiere ir a abajo a buscar algo de comida.
—Gracias — le sonreí y él me imito — creo que si voy a ir por algo de comida.
—Entonces la acompaño abajo — Alejo abrió más la puerta, deje mi paleta de pinturas en el piso y acomode los pinceles en borde del caballete, me saqué mi mandil y salí, junto a mi amigo — ¿te encuentras mejor?.
—Si — dije, mientras bajábamos las escaleras.
Después de la cita, Simón había hablado con sus amigos de sus disgustos con Isaza por como me vio llegar ese día. Aunque él no sabía como pasaron las cosas, mi hermano mayor había juzgado la situación por como me vio llegar y según lo que Marto me contó ambos hablaron con Isaza, pero él no dijo nada.
Simón entendío que la culpa había sido de su amigo, y no le hablo.
Me sentía mal porque después de todo eran mejores amigos, pero Isaza se comportó como un idiota.Agradecía lo que los chicos habían hecho por mi, aunque solo había pasado un día desde que se amigaron de nuevo con Isa. Ellos me avisaban a que hora llegaba y a que hora se iba el chico del sombrero, para así no toparmelo, ya que en eso habíamos quedado.
Apenas llegamos a la sala, no había nadie, supuse que el resto de los chicos estaban en su pequeño estudio.
Alejo y yo tomamos caminos diferentes. Me dirigí a la cocina.Tampoco había vuelto a hablar con Villamil, lo había visto en mi casa, pero no habíamos conversado después de aquel beso.
Aquel que con la esperanza de mantener vivo mi corazón, me robaba los pensamientos en cualquier momento de mi día.Me acerqué a la nevera y saqué un poco de fruta picada, con un yogurt. Estaba buscando las galletas, pero me di cuenta que estaban en el alacena más alta y yo no alcanzaba.
Me estaba estirando lo más que podía, hasta me levante de puntitas, estaba por agarrarlas o eso creía yo.Sentí una mano posarse en mi cintura, me tense un poco y me puse recta, vi que la otra persona estaba agarrando las galletas. Su cuello estaba cerca de mi rostro, senti que su perfume lleno mis fosas nasales, como si fuera el olor más exótico que había presenciado en mi vida. Divisé algunos lunares unos segundos antes de que su rostro se posara frente al mío.
Era Villamil, me miró con ese característico brillo que irradiaban sus ojos cada vez que lo veía; aquel color verde que desprendía su mirada al estar cerca de él. Estaba perdiendo la cabeza y mi corazón influía en esa parte.
—Supongo que esto es tuyo — mencionó, entregándome el paquete de galletas.
Aún no apartaba su mano de mi cintura y estábamos muy cerca.
—Gracias — murmuré, me había robado el aliento. Nuestras miradas no se desconectaban, sentía que podía leerlo atrás vez de ellos.
Se separo de mi por un momento, tomó un trapo y lo mojo, volvió a acercarse. Con delicadeza una de sus manos se poso en mi mejilla y acercó el trapo a mi cara.
—Tienes la cara llena de pintura — habló él, rompiendo la tensión que había en la cocina.
Ambos reímos.
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Aún así... Te amo - Juan Pablo Villamil
FanfictionEstar enamorado de alguien toda la vida y que el sentimiento no sea mutuo, es conocido como un amor platónico.Pero eso solo es así cuando el sentimiento no es recíproco o eso es lo que pensaba Kate. Un amor platónico, una vida separados, pero ese t...