Aún así... Te amo - Juan Pablo Villamil

Capítulo 15

Había pasado casi un mes, mi vida transcurría en ir de mi casa a la universidad, ya había empezado hace dos semanas, de ahí Villa pasaba por mi y salíamos un rato, luego me dejaba en mi casa y todo volvía a tomar su curso, pero hoy no, hoy tenía libre. Gracias a que la Universidad estaba de aniversario, no iba a haber clases dos días.

Así que mi querido Juan Pablo Villamil había planeado una tarde juntos, según yo normal e igual a las de siempre, pero él me prometió que no sería así.

—Moncho, ya me voy — avise a mi hermano, ya que era el único mayor "responsable" que estaba en la casa, estaba apunto de abrir la puerta, pero no se en que momento Simón ya se había acercado a está para abrirla — Simón no empieces con tus cosas.

—No le voy a hacer nada — abrió la puerta y se puso serio mientras cruzaba los brazos.

—Moncho — escuche la voz de Juan Pablo — vine por...

—Kate — completo el de lentes.

—Aquí estoy — alcé mi mano, ya que estaba atrás de mi hermano que era un poco más alto que yo, pero lograba taparme — muévete — lo empujé levemente para poder salir, iba a tomar la mano de Juan Pablo, pero mi hermano me detuvo.

—No tan rápido — dijo Simón mientras me miraba, pero luego su vista se dirigió al chico — quiero que...

—Vuelva antes de las nueve — lo interrumpió Villa — lo sé Simón, vamos a estar bien.

—¿Quién preguntó por ti?, yo hablo por mi hermana, ¿ella va a estar bien? — me quise reír, pero no era el momento adecuado.

—Ella va a estar bien — aseguró.

—Bien — habló con un tono fuerte.

Se quedó parado en la puerta, Villa tomó mi mano y me dirigió a su auto, abrió la puerta para que ingresará, para luego él también subirse, pero de su lado.

—Kate — grito Simón, lo mire por la ventana — si pasa algo llámame o a Martin.

—Lo sé, ahora entra.

No se movió de su lugar obviamente. Villa encendió el auto y lo puso en marcha. Silencio eso era algo que había, apenas se detuvo en el primer semáforo, el ojiverde me robo un beso.

—Ya decía yo que estabas muy silencioso — hablé.

—Simón da el momento de tensión — reímos.

—Lamento eso.

—No tienes porque disculparte — tomó mi mano, el semáforo cambio, colocó mi mano en el cambio y sobre ella la suya — me gusta que Simón haga eso.

—¿Por qué?.

—Porque lo hace muy romántico, "el padre estricto" — hizo las comillas con sus dedos — que protege a su hija del individuo que la ama — alejo mi mano de la palanca, aún sujeta a la suya y la acercó a sus labios para dejar un beso en ella.

—¿Me amas? — un silencio largo surgió en el auto, Villa bajo su mano, la cual estaba entrelazada con la mía, gire mi rostro al frente y intenté no fingir que no me había dolido el que no haya respondido la pregunta.

—Yo siento más que eso — murmuró en un tono bajo, pero gracias al silencio que había en el coche pude entender bien — pero si quieres que te lo diga, yo lo hago — lo miré y me sonrió — eres buena para aparentar, pero esa sonrisa es la peor de todo tu registro — intenté reír.

Puse algo de música para distraerme, ninguno de los dos hablo más por casi unos quince minutos. El auto freno, estábamos en un parque, algo pequeño y eso hacía que no hubiera tanta gente. La puerta de mi lado se abrió sin aviso alguno, Juan Pablo me sonreí mientras tenía su mano estirada para mi dirección, me desabroche el cinturón de seguridad y baje.