CRIMINALES DE LONDRES JACK EL DESTRIPADOR (EN PAUSA)

Capítulo XIII

Aaron James Campbell nunca se sintió e imagino que sería tan débil.

La debilidad apesta.

-¿Otro?.- El cantinero le pregunta.

-Si.- Respondió el mientras se tomaba lo último de su trago.

¿Que tan patético se puede ser en un bar de mala muerte?.

Campbell es la respuesta a ello.

El cantinero le entrega su bebida, Whisky barato.

Si, como no.

No era Whisky, era jugo de naranja.

Aaron James Campbell no es un idiota, al menos no por completo, el sabe que si toma una pizca de alcohol caerá de nuevo en el bucle del cual aún, (por mucho que le cueste admitir), está saliendo.

Debería platicar con su terapeuta.

O follarla.

Así consiguió su pase libre al reintegro en la policía de Londres.

Un hombre tiene prioridades.

Al igual que abandonar el caso fue una prioridad, más que nada su elección, Campbell tenía que salir de allí, nada era igual, él ya no se sentía bien.

No lo malinterprete, el no actúa de esa manera por ser engreído, creyéndose más que otros, ese Campbell murió junto con Garreth.

Ahora, viéndolo así ¿Podrías confiar en alguien que aún está herido, frustrado, y casi acabado?, ¿Confiarías tu vida a alguien a quien le tiembla la mano al momento de apuntar un arma?.

No, no lo harías.

Campbell simplemente no se arriesgaría, ni arriesgaría la vida de otros.

El trató de persuadir a su capitán para que no lo incluyeran en ese loco plan de la detective, tenía miedo, miedo de fallar y herir a otros, de nuevo.

La detective fue muy amable al darle su arma y placa para que el se sintiera mejor y en confianza.

Al principio funcionó, sin embargo bastó ese temblor en su pulso, en su mano, sosteniendo un arma que no era suya para comprobar que aún no estaba listo, ni lo estará si sigue bebiendo su peso en jugo barato de naranja.

Tal vez follar a su terapeuta no fue el mejor movimiento, pero sus ansias de volver a la estación eran grande, las expectativas sobre el mismo eran altas pero ahora se volvieron nada.

¿Me pregunto cómo le estará yendo a la detective y su fantabuloso plan?.

Campbell recordó su mirada de ojos color miel, en aquel momento cuando le contó su plan, físicamente ella mostraba cansancio pero sus ojos brillaban con inteligencia y valentía, algo que el perdió hace tiempo.

Su teléfono sonó, interrumpiendo sus más lamentables pensamiento.

Número desconocido.

El frunció el ceño, pero contestó.

-¿Diga?.

-Hola detective.- La voz al otro lado era grave,profunda, un hombre. Los bellos de su nuca se le erizaron y Campbell tuvo un mal presentimiento.- ¿Sabes quién soy?.

Por el Támesis.

-No, pero puedo intuirlo.- El corazón de Campbell comenzó a latir apresurado.

Una risa siniestra lo confirmó, se escuchaba algo extraño, probablemente tenía algún tipo de tela tapando el micrófono de su celular.