IX

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En el palacio de los señores del oeste.

-Sesshomaru!-él detiene su andar y mira a su abuela-amenazaste a Rin de muerte.

-si- dice con simpleza.

-lo sabia, cachorro estúpido, soy bastante mayor para cuidarme sola.

-usa el nombre del clan.

-no lo hace, yo mandé a varios yokais a comprar a su taller al principio pero su talento y cortesía hizo que se multiplicaran solos, ella no lo sabe.

-aun así...

-no sabía quienes eramos sólo que eramos demonios.

-patrañas.

-lo supo cuando tu fuiste, al parecer sus amigos le contaron. Irás con ella mañana y te disculparás.

-no lo haré.

-lo harás-lo mira molesta-o no serás el siguiente daiyokai.

-soy un daiyokai, el mas poderoso de todos, mas que ustedes.

-pues serás el demonio mas poderoso sin título.

-por una humana llorona?

-si!-luego sonríe de lado-ella nunca se quejó, incluso intercedió por ti cuando hablé mal de ti-se va.

***

Ya había pasado una semana y Sesshomaru estaba frente al taller de Rin, esta vez había ido solo, tener que humillarse era algo que no necesitaba espectadores, entonces la vio salir cargando cajas, las dejó junto al bote de basura y se dispuso a regresar pero en la puerta se detuvo, se dio la vuelta despacio y lo miró.

-buenos días amo!-le sonrió para luego hacerle una reverencia, él se acercó.

-acaso fuiste pudiendo clemencia con la anciana, humana?-la sonrisa se le borró.

-no sé quien le habla de mí, pero lo tienen mal informado, con permiso amo, debo asearme-él la detalla, había estado limpiando y aun no le restaba ese brillo curioso.

-aun no termino-la sigue al interior.

-bien amo, continúe-lo mira impaciente.

-la anciana me esta exigiendo una disculpa.

-y desea hacerlo?

-no-ella sonrió.

-lo imaginé, dígale que lo hizo, no sé con que lo chantajea pero debe ser importante, yo se lo corroborare, además no es nada como deberle mi vida.

-tu vida-era la confirmación que necesitaba, si era la niña de hace años, el único ser que él había ayudado y ni sabia por qué.

Eres lo que necesitabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora