XVI

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Ya una semana de haber partido y no dejaba de llover desde el segundo día pero eso no disminuía sus ánimos, ahora estaba en una cueva esperando que uno de sus vestidos se secara, solo llevaba el fondo que solo era una bata blanca fina que iba bajo los vestidos, estaba junto al fuego para calentarse esa fría noche.

-vaya, vaya, miren lo que tenemos aquí-dos ogros entraron a la cueva.

-la cena lista junto al fuego-se ríen, ella tomó un tronco encendido como arma, los vio acercarse y cerró los ojos agitando el palo, como deseaba que su ángel estuviera allí, oyó gritos y luego silencio, abrió los ojos y no ve nada, el garrote de uno de ellos así que no era su imaginación.

-te has vuelto menos cobarde-esa voz, el corazón se le aceleró, se dio media vuelta despacio y lo vio, su ángel nuevamente la había salvado.

-señor Sesshomaru-sonrió y luego lo abrazó con fuerza-tuve mucho miedo-el pudo haberla apartado pero no lo hizo, la dejó llorar, si supiera que nunca corrió peligro esos días, que esos ogros solo habían llegado allí xq el se cuestionó estar bajo la lluvia por una humana sin motivo.

-mientras yo esté, nada malo te pasará y si yo no estoy solo llámame y vendré en tu auxilio-ella se aparta limpiando sus lágrimas.

-por eso esta aquí, xq yo lo he llamado-volvía a sonreír mas calmada, pero eso no era lo único que hacia sobresaltar el corazón de Sesshomaru, ella dijo que lo había llamado, ella lo deseaba a su lado.

-deseas que me quede?

-si, pero si usted debe...estar...o quiere estar en otro lugar...

-en este momento solo deseo estar aquí-ella se sonrojo, debía ser un sueño u oía mal, su ángel no podía estar diciendo lo que ella creía-Rin-al oírlo decir su nombre las piernas le temblaron, él puso su palma en su rostro-tienes un poco de fiebre y estas muy roja, ven-la lleva junto al fuego, se sientan y luego la acerca más a él para cubrirla con su estola, ella se dejaba hacer, temía despertar de tan espléndido sueño y poco a poco se fue durmiendo esta vez de verdad, Sesshomaru la contemplaba  como ver lo mas preciado del mundo, un ser único ¿como una simple humana causaba esto en él? Algo que nadie en sus 400 años había logrado.

Al amanecer Rin se despertó, pero aun no quería abrir los ojos, no quería ver que lo que sentía cómodo fuera sus sabanas y su cama, entonces sintió una mano en su mejilla, abrió los ojos y lo vio, era real.

-señor Sesshomaru.

-estas mejor-ella asiente.

-gracias-le sonríe sonrojada de estar en su regazo.

-tus mejillas-las toca con cuidado-siguen rojas.

-no estoy enferma-entendía que él como demonio no comprendía algunos comportamientos humanos.

-tu corazón está acelerado también-baja su mano a su cuello donde podía sentir su pulso con facilidad.

-es... Por usted señor Sesshomaru-dice evitando su mirada.

-ya veo-toma su rostro con delicadeza para que ella lo viera-debo suponer que sientes lo mismo que yo.

-mi señor...-él la besa, definitivamente esos ogros la habían matado porque desde entonces estaba en el cielo.

Eres lo que necesitabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora