XV

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Kagome y Ayame abrazan a Rin.

-estábamos tan preocupados!

-ya estoy aquí, solo necesitaba pensar las cosas-les sonríe.

-y en qué pensaste?-le pregunta Kohaku preocupado aun.

-en que me iré, no voy a causar problemas, pero no huyo-se aparta de sus amigas, y mira a los daiyokai-no seré la señora de nadie, señor Toga, disculpe pero no siento nada por usted mas que respeto por ser hijo de quien es y gran señora, lo lamento pero no integraré su familia por un matrimonio, le tengo un gran cariño pero no me dejaré manipular por nadie, mañana les entregaré sus pertenencias-respira profundo y se va sin esperar respuesta.

-Rin!-sus amigos la siguen sorprendidos-qué paso? El demonio perro te estaba pretendiendo?-pregunta Ayame.

-debiste decirnos y no hubiéramos venido-le dice Kohaku.

-por eso vinimos-dice Kagome-para evitarlo.

-oye, eres muy valiente-le dice Inuyasha que los seguía por curiosidad-ver a la cara a esos viejos y decirle lo que piensas aun sabiendo quienes son, no todos lo harían.

- curioso-sonríe-justo hoy me dijeron cobarde.

-enfrentaste al señor del oeste y saliste ilesa, no creo que seas cobarde, aunque si un poco tonta si vemos todo el poder que hubieras tenido al casarte con el-dice Koga.

-no deseo eso.

-serás la primera-dice Inuyasha.

-eso muestra la clase de mujeres con las que andan los del clan perro demonio-dice Kagome-no todas quieren poder y riquezas.

-y qué quieren?

-amor, una persona que nos comprenda y apoye en nuestras decisiones, nos consuele y nos de fortaleza y que nosotras podamos hacer lo mismo por ellos.

-que complicadas-se queja-se quedarán solas.

-pues mejor solas que mal acompañadas!-le grita.

-el perro tiene razón, si se complican se quedarán solas como la anciana Kaede-dice Koga-por eso en nuestro clan se conciertan los matrimonios desdes niños.

-y mira lo bien que les va a ustedes-Se queja Kagome y el ve a Ayame.

-oye por cierto¿qué les tienes a los viejos?-pregunta Inuyasha.

-no puedo decirlo.

Al día siguiente Rin entrego las prendas sin oír nada de los demonios y luego siguió preparándose para partir, tal vez volvería, así que le dejó su taller a Ayame, tomó un cambio de ropa y solo un par de cosas más para luego salir.

Eres lo que necesitabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora