XIII

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-Oye anciana!-oyeron gritar a alguien-exigí verte, no que me mostraras como un fenómeno de circo para entretener a tus visitas!

-Inuyasha-mira a su nieto-tenemos visitas-le hace señas, él ve a los presentes.

-y eso a mi qué?

-si desea puede unirse joven-le dice a Inuyasha.

-joven? sabes cantos años tengo?

-apenas eres un niño malcriado, Inuyasha.

-solo xq me comparas contigo anciana! Necesito el coche y me dicen que tú lo tienes, pero estas aquí ¡entrégame el coche!

-no lo haré, nuestros invitados, como verás, no tienen la capacidad para trasladarse con la misma facilidad que nosotros, bueno, la mayoría.

-y xq yo debo atenerme por humanos?

-y lo dice un hanyou-murmura Kagome.

-y eso qué? Algún problema humana?-la encara.

-eres mitad humano.

-no oses echarme algo en cara en mi palacio, simple humana!

-mas cuidado! Soy una sacerdotisa ¿qué tal si te sello?

-Kagome!

-dejala Rin, sería lindo verlo callado una vez en la vida.

-ah! Tú eres la tal Rin ¿qué es eso que serás la señora del oeste? yo solo veo a una simple e insignificante humana-la ve muy de cerca intimidándola.

-yo...yo no soy ni deseo ser la señora de ningún lugar.

-hijo-habla Toga mirándolo con rudeza.

-qué? Ella aun no lo sabe?-mira a sus familiares-se lo dirían cuando? O la llevarían atada al altar?

Rin se pone de pie y sale corriendo ¿la estaban manipulando para algo? ella no era títere de nadie, oía a sus amigos llamarla pero corrió lo más que podía, entró a una habitación cualquiera y cerró por dentro, luego se sentó en el piso y lloró.

-humana-ella alzo la vista, en un sillón no muy lejano estaba su ángel, ella se limpia la cara-estás bien?¿alguien te hizo algo?

Ella lo miro sorprendida, su corazón se desbocó y luego le sonrió regalándole su mas hermosa sonrisa, lo que lo sorprendió.

Eres lo que necesitabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora