CAPITULO 5

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Aurora Ivera

«La segunda bala le atravesó la columna, tendrá que someterse a varias cirugías y meses, incluso un año de Fisioterapia para que pueda volver a caminar»

Me paso las manos por el pelo mientras mi vista se concentra en como la nieve cae por el filo de la ventana. Las palabras del médico siguen en mi cabeza, no sé cómo carajos acepté que trasladarán a Nils a Rusia, pero al final estoy aquí

En la mansión de los Ivanovich, mirando como cae la nieve por la ventana y dónde llevo exactamente una hora desde que desperté.

Es obvio que no lo voy a abandonar y pedir ayuda me cae como una patada en el estómago. Le supliqué a Jordan que me ayudará a salvarlo, con la esperanza de que no se volviera a repetir, pero ahora Nils va a necesitar tantas cosas y yo...yo no quiero tragarme el orgullo.

Tengo a Rayen, tengo a Daí, al cual le puedo pedir que se haga cargo de Nils mientras se recupera, pero solo estoy perdiendo tiempo y dándole las horas que necesita Azael para encontrarme.

La cabeza me quiere explotar de tanto que maquina.

Me cambio la ropa de pijama, por un par de vaqueros blancos tiro alto, una camisa de botones color negra a cuadros y unas botas altas que abrazan mis piernas. El abrigo me lo coloco cuando abro la puerta y mientras camino saco el teléfono que uno de los empleados me entregó.

Veo la hora, son casi las nueve de la mañana. Anoche duré hasta las dos de la madrugada con Nils, aún no despierta y cuando lo haga quiero estar ahí, necesito ser yo quien le diga lo que le espera.

La mansión de los Ivanovich tiene tres pisos, es más un castillo que una casa. Todo es moderno con un toque Vintage, no soy fan de los colores que tienen las cosas, pero al final no es mi problema.

Subo hasta el tercer piso, que es más bien un piso universal. Cuando pasé anoche, logré ver una sala de juegos (la mayoría de consola), también hay varias mini oficinas y al final está el cuarto donde tienen a Nils, tiene dos enfermeras y un médico de cabecera.

Empujo la puerta entrando sin importarme que el Boss este hablando con el doctor en un rincón. Me acerco a la camilla observando al rubio, ya no tiene el respirador artificial y el color le está volviendo a las mejillas

—¿Cuando va a despertar? —le pregunto al médico.

—No tarda en hacerlo, lo que si pido, es que la noticia se la de con tacto, es algo muy fuerte y no queremos que se altere. —responde. —Hay que tenerle paciencia y mucho tiempo.

Me cruzo de brazos.

—¿Cuando se recupere del disparo, lo puedo mover?

Mi pregunta capta la atención del pelirrojo, quien me mira fijamente.

—Cuando su vida ya no corra riesgo, si, puede moverse con la ayuda necesaria.

Asiento.

—Largo. —Jordan le lanza una mirada al médico. —¿Ahora vas a cargar con él a todos lados? Ya no será de ayuda.

Le doy la espalda apoyando las manos en el filo de la camilla.

—Eso a ti no te importa, lo que te debe de importar es que pronto vamos a dejar tu casa. —contesto. —¿Te puedes ir? Prefiero estar a solas.

Su mano se cierra sobre mi muñeca cuando me hace girar acorralandome a los pies de la cama.

—Te hice un favor al salvarle la vida y tu me lo tienes que pagar. —habla bajando la mirada a mis labios. —Que no se te olvide.

Tentación Roja 2 ® Donde viven las historias. Descúbrelo ahora