CAPÍTULO 15

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Aurora Ivera

La visita de anoche del Boss sigue clavada en mi cabeza. ¿Quería que se quedará? Por supuesto que sí, me moría de ganas de decirle que pasará toda la noche haciéndome suya, pero sabía que si hacía eso, volvería a sentirme muy confundida y es lo menos que quiero ahora

Aunque presiento que el juicio no me durará tanto está noche

Mientras las cosas se calman un poquito y la gente de Daí se organiza para dar el siguiente golpe a Azael, yo me aseguro de que Nils haga lo mismo espiando a los socios de este.

La habitación del rubio está en la planta baja, así que bajo los escalones hasta llegar a la puerta, la cual toco una vez y me adentro encontrandolo con una botella de vino y unas frituras encima de la cama.

—¿Estamos celebrando algo? —me acerco subiéndome al colchón.

Sacude la cabeza tecleando en la laptop.

—No.

Lo miro. Tiene el cabello rubio largo de los lados y un par de mechones caen en su frente. Es un chico muy atractivo y he visto a varias empleadas de aquí, echarle el ojo.

—¿Estás trabajando en lo que te pedí? —inquiero.

—Siempre hago lo que me pides. —contesta sin verme a la cara.

—¿Qué te ocurre?

Para de mover sus dedos sobre las teclas, suspira y después se digna a ver a la cara. Sus ojos verdes están rojos y ya no me sorprende. Pasa horas frente a la computadora, por no decir días.

—¿Por qué Roxana cree que yo estoy enamorado de ti? —suelta.

Le quito la copa de vino dándole un trago.

—No lo sé.

—Tú hablaste con ella, me lo dijo, pero no me dijo que fue lo que le dijiste.

Suspiro.

—Yo no le dije que estabas enamorado de mi si eso es lo que quieres saber. —soy sincera. —Solo fuí sincera y le conté que nos fuimos a la cama, muchas veces, Nils.

Se deja caer hacia atrás.

—Esto va a sonar loco, pero cuando te conocí, le pedí al universo que jamás me dejara ver a otra mujer que no fueras tú, porque eres jodidamente hermosa, Aurora. —confiesa. —Y si, estaba jodidamente enamorado de ti, mucho más cuando aceptaste por fin tener sexo conmigo.

—Nils…

Hace una señal para que me calle.

—Déjame terminar. —pide. —Te amo, eso no va a cambiar nunca, pero desde que llegamos aquí, me he dado cuenta de que yo no soy el hombre que necesitas y tú no eres la mujer que yo necesito. Eres mi amiga, fuiste el amor de mi vida por un largo tiempo, pero…luego una pelirroja me llevaba gelatinas después de la terapia, miraba Friends conmigo y dejaba que su hijo pasará tiempo en mi habitación para enseñarle a cómo hackear un celular.

Sonrío.

—Yo si estoy enamorado, pero no de ti. —toma mi mano. —Estoy enamorado de Roxana. Pero ahora yo no quiero pensar en mi felicidad, no me interesa por el momento, la que me interesa eres tú y cuando tú puedas dormír tranquila, yo también lo haré y será entonces que le pediré matrimonio a esa chica.

Un par de lágrimas bajan por mis mejillas y me lanzo a sus brazos.

—Yo no hubiera sobrevivido si no fuera por ti. —susurro. —Y no sabes cuan agradecida estoy por haberte conocido.

Tentación Roja 2 ® Donde viven las historias. Descúbrelo ahora