CAPÍTULO 10

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Aurora Ivera

Justo cuando me estoy colocando el abrigo, escucho que tocan la puerta. Tomo una bocanada de aire queriendo que los nervios no se me noten antes de hablar.

—Adelante

Es Jordan. Viene con un abrigo café, trae sus guantes de cuero y me mira a través del espejo acortando la distancia entre ambos.

—¿Estás lista? —pregunta dejando caer sus manos sobre mis hombros. —Hunter confirmó hace media hora, tenemos que apurarnos si no quieres llegar tarde.

Mi cabeza cae contra su hombro soltando un suspiro.

—Si, creo que sí.

Me toma de las mejillas plantandome un beso para nada delicado, continua bajando sus manos a mi cintura pegándome más a su pecho.

—Vamos

Ambos salimos del lugar donde nos estábamos quedando para ir hasta donde Jordan se puso de acuerdo para el encuentro. Nos siguen demasiadas camionetas de sus hombres más cercanos y también viene Nils, le pedí que estuviera conmigo en esto.

No puedo hacerlo sola.

El cabello me lo muevo de un lado a otro sin encontrar uno que me convenza durante todo el rato que tardamos en llegar. Jordan habla en ruso dándole órdenes a su hermana de no sé qué, pero ahora no hay nada que me interesa que no sea a lo que voy.

Conoceré a mi hijo.

Los autos se estacionan frente a una cabaña, es vieja y ya se encuentra rodeada de los hombros de confianza del ruso. Camino dentro en dónde me encargo de avivar el fuego tratando de distraerme un poco.

Jordan me trae una taza de café y solo acepto un par de sorbos, ya que no tengo apetito de nada. Miro la hora en mi reloj a cada nada y es el pelirrojo quien me pone en alerta cuando se pone de pie asomándose por una de las ventanas.

—Ya llegaron. —avisa. —No vas a salir decepcionada de aquí, te lo prometo.

Me besa la frente y es Nils quien sale para hacerse cargo de la seguridad. Me alegra que se esté recuperando, yo fui la culpable de que le dieran ese balazo y siempre me voy a sentir culpable por eso.

Hay muchas cosas que no hubiera logrado si no lo tuviera a él.

No me asomo, no soy capaz, solo espero paciente a qué las voces que escucho del otro lado de la puerta se acerquen más. Esta se abre y primero veo a un hombre que entra deslizándose por el lado izquierdo, luego al líder de la mafia Negra, a su esposa, una mujer de cabello castaño con flequillo que tiene su mano unida a…

El pequeño que mis ojos ven me deja muda. El corazón me tiembla, el dolor que me toma el vientre me grita que estuvo ahí y todas las facciones de su cara me reiteran que es mío, es mi bebé, mi hijo.

Tiene el cabello igual de negro que yo, sus ojos azules son del hombre que lo engrendo, sus mejillas son iguales a las mías, sus cejas son tan hermosas y…y todo en él es precioso.

Me llevo la mano al pecho por un momento sin saber que hacer, hasta que siento la presencia de Jordan detrás de mí, animándome a dar un paso. El pequeño también avanza y…

Se me lanza a los brazos en dónde lo recibo gustosa y llena de emociones que no dejan de zumbarme los oídos. Me trago las lágrimas, me trago el llanto, me trago los temblores, solo lo abrazo con fuerza deseando con todo mi ser que lo que siento en mi corazón, pueda quedarse para siempre ahí.

—Hola, mamá. —me saluda echando la cabeza hacia atrás. —¿Cómo estás?

Mamá.

Soy su mamá.

Tentación Roja 2 ® Donde viven las historias. Descúbrelo ahora