Aurora Ivera
Los siguientes días los paso de un lado a otro, dividiendo mi tiempo entre la mansión de los Ivanovich y el hotel en donde está Dai, quien no para de recalcar el tiempo exacto que tenemos para tenderle una trampa a Azael. Jordan tiene a su gente trabajando e investigando lo que pueden, pero yo soy la clave, yo soy quien conoce los movimientos del italiano y como tal me he tomado el tiempo para planear lo que tengo para esta noche
Ya hemos tenido un año de descanso.
—Creí que Berlín estaba fuera del mapa. —comenta Nils. —Siempre pensé que los negocios de allí eran de Joseph y no de Azael.
—Algunos son de Joseph, pero aquí y aquí son las mayores bodegas de distribución que tiene Azael en este país. —señalo los puntos en el mapa.
Siento la presencia del ruso detrás de mí, quién estira una de sus manos dejando su dedo sobre el primer punto
—Comenzaremos aquí y mi gente entrará primero, es obvio que el objetivo no estará allí, pero aun así no voy a arriesgar a mis hombres. —sentencia. —¿Alguna duda?
Sus hombres se ponen rectos mirándolo.
—¡No, señor!
Nils, Roxana y el D'yavol salen junto con los demás hombres que estaban. Celine y su esposo no estaban invitados a esta reunión y creo que por obvias razones, ya que ninguno de los dos me soporta y tampoco soportan el hecho de que Jordan respete mis decisiones.
No sé si Celine simplemente quiere proteger a su hermano de mi o tiene otros planes en mente, pero la ambición de Dimitri se puede oler a kilómetros y eso hasta el Boss lo nota.
—No quiero que las cosas se salgan de lo que hemos planeado ¿De acuerdo? —me mira fijamente.
—Tengo claro todo, no te preocupes por mí.
Salgo del cuarto de reunión y camino directo a mi habitación. Me gusta atarme el cabello en una coleta y usar ropa más flexible. Busco el collar de la garra que siempre uso y me lo coloco frente al espejo para después buscar en el armario un par de vaqueros, una blusa y una chaqueta.
Termino por tomar una de las navajas que Daí me obsequió y la dejo atada a mi tobillo, con otra más en mi muslo, el cual se cubre con el abrigo que añado a mi vestimenta. En estas fechas, el frío es horrible, pero no puedo negar que me estoy comenzando a acostumbrar.
El teléfono me vibra con un mensaje de Nils, quien me dice que me están esperando abajo, así que recojo lo que me falta y salgo topándome con Celine.
La mujer de cabello rojo, con el labial del mismo color en sus labios y un abrigo blanco me mira de arriba a abajo como si esperara una reverencia de mi parte.
—¿Se te ofrece algo? —indago intentando moverme, pero me impide el paso. —Tienes unos lindos dientes, no me gustaría dañarlos, pero lo haré si no te quitas de mi camino…
—¿Me estás amenazando?
—Si y con gusto lo haría de nuevo, así que muévete.
No lo hace y mi paciencia se acaba, pero me empuja y como acto reflejo mi brazo toma el suyo torciendolo hacía atrás estampandola de cara contra la pared.
—Te juro en nombre de esta organización que voy a acabar contigo. —gruñe entre dientes. —No serás más que mierda y huesos los cuales con gusto le daré a las panteras.
Me río haciendo fuerza sobre su cuello con mi codo.
—Cuidado, Celine. —susurro. —Podre no recordar nada, pero ¿Sabes que si sé? Que cuando quiera, como quiera y dónde quiera tendré el apoyo de tu hermano, que cada que yo lo meta en mi cama él me va adorar más y le podría pedir cualquier cosa, una de ellas la cabeza de tu marido.
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Tentación Roja 2 ®
ActionLibro 2 Aurora Ivera no recuerda nada, no recuerda que tiene un hijo, no recuerda que tuvo una familia, no recuerda que se enamoró del hombre más peligroso de Rusia. Luego de una noche fría por las calles de Nueva York, ella ya no volvió a ser la m...