Historia de dos lobos que aún sin conocerse ya son destinados y nadie ni siquiera ellos mismos lo saben. Tendrán que luchar por descubrir ese destino y protegerse en el camino, inclusive de ellos mismos.
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Nota. Participación de Chanikarn (PRIM)
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Korapat se cubrió desde la cabeza hasta los pies con la sábana al escuchar la pregunta de Ohm, cerró los ojos con fuerza y las imágenes se repetían en su memoria como una película en cámara lenta, quisiera responderle que no, que no recuerda nada, hacerse la víctima y decirle que lo violo, todo eso pasó por su mente mientras le punzaba la parte trasera, pero nanon, su lobo jamás lo permitiría, y tampoco él, no sería capaz de eso. Mientras pensaba en ello las manos de Ohm le arrebataron parte de la sábana dejandole al descubierto al menos parte de su rostro. Sus miradas se cruzaron, y Korapat podía ver el rostro asustado de Ohm, asintió con la cabeza respondiendo así a la incógnita.
—Recuerdo solo parte de ello, pero sé lo que ocurrió-—, Ohm acercó su mano al cabello de Korapat para acomodarlo, ya que estaba completamente revuelto, -—¿entonces deseabas lo que sucedió verdad?-—
—Yo no lo deseaba, solo lo necesitaba— respondió con la voz segura, desvió la mirada hacia la puerta -—no olvides guardar mi secreto—mencionó, Ohm continúo mirándole pero su semblante se volvió triste,
—no necesitabas darme tu cuerpo, solo necesitabas decirme que lo guardará— Korapat tragó saliva, y fijó la mirada de nuevo en Ohm, se quedó en silencio unos momentos,
— la redada ya terminó, no hay razón para que continúes aquí— ,su lobo interior lo golpeaba, deseaba salir y hacerlo feliz, pero con firmeza Korapat controló a Nanon. Ohm desvió la mirada hacia el suelo y sin decir más se levantó de la cama, mientras levantaba su ropa, Korapat vió la desnudez de este, y observó los arañazos, parecía que tenía las heridas frescas, se sintió mal, quería detenerlo, pero las palabras no salían de su boca, su mente se lo impedía, razones había muchas mientras se vestía, Ohm no volvió a mirarlo, en cuanto se terminó de vestir salió de la habitación, y finalmente cerró con fuerza la puerta de entrada, Korapat sentía su corazón roto, comenzó a llorar mientras se aferraba a sus piernas abrazandose.
¡¿qué has hecho?, hiciste entristecer a nuestro alfa, eres un idiota, no va querer volver a vernos, lo lastimaste!
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