Eonia alma [OhmNanon]

CAPÍTULO DIEZ: L O B O

Salió caminando por la puerta principal de la universidad con el corazón destrozado, retuvo sus lágrimas, no iba a llorar.

"Todos los avances que has hecho no los vas a echar a la basura, tranquilizate, ohm, tranquilizate"

Respiró profundamente, una y otra vez. Sentía que le hacía falta el aire, como si hubiera corrido muchos kilómetros y no puede encontrar la estabilidad. Tiene miedo; así que corre acelerando su corazón al máximo, quiere hacerlo estallar, quiere que exploté, quiere hacerlo desaparecer.Le duele, es tanto el dolor y Ohm siempre le ha temido al dolor, siente que es estúpido temerle al dolor, pero así era y así sería siempre.

No sabe cuánto tiempo corrió pero si sabe que está cerca de la montaña, la lluvia comienza a caer fuertemente sobre su rostro, pero siente las gotas calientes, se ha transformado en un gran lobo blanco, sus orejas puntiagudas tienen el color rosa, y solo se distingue entre la oscuridad su guardapelo que brilla intensamente, era tan hermoso que cualquier persona quedaría impactada ante su belleza, pero era un lobo solitario, y un lobo solitario era peligroso. Se posó en la cima de la montaña, y aulló, aulló desgarradoramente.

Otros aullidos se unieron a él como respuesta.

El pequeño poblado más cercano era la tribu de su familia, no sabe si inconsciente o consciente deseaba encontrar refugio, pero no tenía un lugar al que podría llamar hogar.

Los aullidos atrajeron a un tigre, que acechaba vigilante los movimientos del lobo blanco, Ohm perdió el sentido de sí mismo, de su humanidad, la batalla entre ambos no demoró, los sonidos eran aterradores, aullidos, mordeduras por todos lados, aullidos y cuerpo contra cuerpo, el lobo cayó sobre el suelo, con ambas patas atrapó de la cintura al tigre, en un impulso de poder, el lobo logró someter entre sus patas al tigre, cambiando las posiciones, con el peso le obstruía el cuello, el felino arañaba, pero el pelaje del lobo lo protegía, después de unos minutos el tigre perdió la batalla, dejó de respirar, sin embargo el lobo se mantenía apretándole el cuello, cuando no sintió más resistencia mordió el cuello del enemigo, destrozandolo, arrancó gran parte del rostro felino y se lo comió.

—Ohm...¿eres tú?—interrogó una voz familiar, el lobo blanco dejó de comer a su presa, el hocico lo tenía completamente lleno de sangre, que manchaba su perfecto pelaje, regresó a ver a la presencia, se trataba de otro lobo, este tenía los ojos azules y su pelaje era color miel, era un poco más musculoso que el lobo blanco, se trataba de su padre, el lobo blanco agachó la cabeza, la sangre era más fuerte, lo sabía, se trataba de su padre, de su líder. Tenía que respetarlo, eran las normas de la naturaleza y él jamás iría en contra.

—Estás asustando a la tribu. No te preocupes, papá está aquí-— murmuraba, el lobo blanco se acurrucó enroscando la cola, se quejaba quedito y seguía aferrado a su presa, Bright se transformó en humano, y lentamente se aproximó a su hijo, trató de tocarlo, pero el lobo blanco le enseñó los dientes agresivamente. —Es tuyo, no intento quitartelo,solo... transfórmate,debemos hablar— Bright estiró la mano para intentar quitarle el guardapelo, entendía que su hijo había perdido la razón, y para ese punto se sentía culpable, en eso el lobo blanco lo evitó dándole una patada, Bright observó, preocupado, tragó en seco, y se sentó frente al lobo.