Eonia alma [OhmNanon]

CAPÍTULO DIECISIETE: T O D O M A L

Participación de Singto. Apareció en otro capitulo pero no subí su fotito. 😅

Ohm observaba a Korapat con intensidad mientras las lágrimas de este caían por las mejillas, Ohm acercó una servilleta a su acompañante,

—No tienes porque llorar, nunca la usé, no la necesité cuando hubo otras cosas que me terminaron matando literalmente—Korapat tomó la servilleta enjugándose las lágrimas, había sentido lo puntiagudo de esas palabras, entendía, no quería darse esa importancia, pero lo entendía.

—Me..me alegro que estés aquí ahora..¿co-como conseguiste tener esta estabilidad?—Ohm suspiró cruzando una de las piernas,

—esfuerzo, esfuerzo y más esfuerzo— finalizó diciendo sobre el tema —¿y tú?, ¿encontraste la estabilidad?—Korapat le miró, sabía a lo que el alfa se refería, otra vez esas imágenes del baño con P'Mike se le venían a la mente,

—Yo no soy tan fuerte como tú.. no he podido encontrar la estabilidad desde que nos separamos—, Ohm no dijo nada, no se movió ni un centímetro, la mesa de por medio estaba haciendo el trabajo, enfocó sus sentidos en la música, cantó en su mente, relajó sus músculos porque ya empezaban a dolerle, desde que comenzaron la cena no hizo más que tensarse, temía que su lobo se descontrolara, pero no había pasado, aún se mantenía tranquilo, pero las palabras del Omega le ponían incómodo,

—Me dejaste muy claro que no me necesitabas—respondió,

—No tengo una excusa para eso, pero de verdad era todo muy nuevo para mi, mi presentación tardía, no estaba listo para enfrentar con madurez todo lo que me sucedía tanto mental como físico—.

Ohm alzó una ceja ante el comentario absurdo, recordaba la etapa en la que redescubrió su sexualidad, y supo que era solo sexo, pero cuando estuvo con Korapat también lo supo, ese omega era su predestinado, lo sabía, y jamás podría tocar a otro que no fuera él, era obvio, al menos para él lo fue, pero era diferente para el omega, y no pensaba discutir sobre ello.

—¿para qué estamos aquí?—se escuchó decir, la pregunta fue con voz ronca, un tanto forzada, Korapat le miró antes de resoplar

—¿podemos darnos otra oportunidad?—Ohm escuchó la pregunta y bajó la pierna cruzada al suelo, se abrazó con los brazos mientras alzaba la mirada hacia los focos del techo que iluminaban su mesa, tardó en responder mientras hilaba las palabras,