Eonia alma [OhmNanon]

CAPÍTULO DOS.- T Ú

D a t o s:
El automóvil de Ohm.

BingLin es el nombre chino de Ohm.
  

La vida no había sido fácil para él desde que tenía uso de razón,  de su niñez solo tenía vagos recuerdos Y lo único que venía a su mente eran los constantes dolores tanto de cabeza cómo de todo su cuerpo; a lo largo de los años intentó comprender la magnitud de su enfermedad,  pero nadie le daba respuestas contundentes,o era tal vez que no había explicación a ello, desde pequeño intentó comprender lo que sucedía a su alrededor, pero sus intentos eran en vano.

La curandera de la aldea en dónde sus padres lo habían abandonado le decía todos los días lo que debía tomar y comer, un tónico en especial se volvió esencial para tener una vida un tanto más normal, con el tiempo el tónico fue comprimido en pastillas, que iban variando de color conforme su crecimiento avanzaba, en términos de crecimiento, fue un niño que se desarrollo lejos de los demás niños de su edad, desatando una personalidad retraída, cuando cumplió 5 años los músculos de su cuerpo eran como el de un adolescente promedio, su lobo interno permanecía en depresión,  aullando y rasgando su interior. ¿Porqué?,  Nadie sabía la razón qué ocasionaba esa depresión, todo el mundo se mantenía asombrado del imponente alfa en el que se estaba convirtiendo día a día,año con año había temor, había inseguridad entre los habitantes de aquella tribu que le recordaban constantemente que él no formaba parte, que sólo era acogido por mera diplomacia,pero cuando muriera, qué es lo que todos esperaban, su cuerpo retornaria a Tailandia de donde eran sus raices, de donde era su verdadera tribu. Una tribu que por cierto le habia abandonado en cuanto no hubo solución para su condición.

Pero no todo era tan malo; también tenía habilidades, era un poco lento para aprender pero su fortaleza física escalaba a grandes dimensiones, tanto que no había ni un solo lobo Alfa en la aldea China que pudiera derrotarlo. Y ese también era un motivo para temerle. Los encuentros en transformación eran los combates que más disfrutaba, medir su fuerza desencadenaba toda su frustración y después de cada combate se sentía sin penas, sin cargas, todo lo daba en el encuentro, tanto que la debilidad le borraba los pensamientos negativos y daba entrada a mejores momentos.