CAPÍTULO DOCE: D E C I S I Ó N

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Tomó el primer avión a China, no llevaba más que la maleta con la que había partido desde un inicio, en ella ya no llevaba cargando esperanza en nada ni en nadie, no podía identificar que clase de sentimientos  estaba guardando en su corazón, se sentía como un pedazo de papel volando a la deriva, atrás había dejando las sonrisas y el buen ánimo, estaba luchando por hacer desaparecer la amargura que yacía en su lobo, pero también se repetía constantemente que posiblemente el tiempo le ayudaría a mejorar, a olvidar y quizás si tenía suerte a superar.

Ohm bajó del avión y se encaminó de inmediato a la aldea que lo acogió, no contaba con mucho tiempo, solo el necesario, y sinceramente no debía ser visto en la aldea, él ya no pertenecía a la tribu Vachirawit y tal vez ya no sería recibido de la misma manera en la aldea china, entró al resguardo, todo parecía en calma, los niños corrían colina arriba hacia el rio , algunos otros gritaban de emoción y hablaban rápido diciendo que competirán, Ohm se detuvo a verlos escondido en un arbusto, se veían felices, y recordó la época en la que él era un niño, ¿acaso fue igual de feliz?, no lo recordaba, lo único que sabía era que había sido abandonado, que la tribu china le enseñaba a controlar su espíritu lobezno,  pero no pertenecía con ellos, la tristeza volvía a apoderarse y ensombrecer su alma, se sentía patético el solo hecho de tratar de aferrarse a algo que no pasaría, Ohm entendía que la naturaleza no lo aceptaba, y por eso todo el mundo lo rechazaba, continúo su caminata, apenas entró a la tribu, vió a la sabia curandera de la aldea buscando hongos, su perfil parecía cansado, y algunas arrugas ya se hacían tan marcadas en el rostro, Ohm carraspeo para ser escuchado, ella regresó a verle, con expresión neutral, Ohm le hizo señas para que no hablara y lo siguiera, y ella le obedeció. 

—¿que te ha traído de  regreso?— dijo sin rodeos la curandera, el chino que utilizaba era rápido y la voz poco dulce, Ohm no recuerda en que momento de su vida comenzó a seguir las palabras de la curandera como promesas de curación, ella había hecho el suero que le salvó la vida y también le daba los medicamentos supresores, especiales para él, siempre que tocaba el guardapelo sentía la presencia de esa mujer,innata ahí, en su corazón. 

—Estoy muy rápido, que nadie se enteré que estuve aquí—mencionó mirando de reojo hacia ambas direcciones, esperando que nadie pudiera escucharlos o verlos conversar, la mujer asintió con la cabeza escuchando lo que tuviera que decirle Ohm, —necesito saber como puedo sobrevivir sin un destinado— la mujer observó las facciones del joven alfa, se acercó a él e inhaló el aroma impregnado en su piel, —no lo anudaste ¿verdad?—  mencionó inquisitivamente, aunque más que una pregunta parecía una afirmación, Ohm negó ante la interrogante, ella parecía pensarlo y comenzó a caminar lentamente, cuando Ohm vió que se alejaba la siguió cauteloso, no entendía porque caminaba al parecer sin rumbo fijo, en un instante la mujer detuvo su paso, Ohm también lo hizo al mismo tiempo y evitó que chocaran, el viento parecía hablarle, movía los coposos árboles, Ohm miró hacia lo alto de ellos y observó fascinado su movimiento, estiró las manos dejando caer su maleta que cargaba, cerró los ojos e inhaló el aroma de los pinos, un recuerdo lo hizo caer, el rostro de Korapat aparecía en su mente, su lobo se quejó, y le sacó los dientes enojado, la imagen mental cambió de un Korapat sonriente a un Korapat saliendo del baño de la escuela, con el cabello revuelto y las mejillas sonrojadas, Ohm abrió los ojos, sintió la mirada de la curandera y no tuvo más que desviarla, no quería ser sorprendido con la guardia baja, conocía bien a la mujer frente él, o al menos eso creía.

—se que piensas que no encajas en ninguna tribu, te vi crecer Ohm, y vi como los demás niños te trataban, nadie metió las manos por ti, porque teníamos miedo de que lastimaras a alguien y tuviéramos que someterte, nadie ni siquiera yo sabíamos cómo controlarte, ¿que le diriamos a tus padres entonces?— Ohm no respondió pero su rostro parecía enojado, su mirada se enfocó en el tronco de un árbol, inhaló aire y entrecerró los ojos para controlar al lobo dentro de él que amenazaba con destripar a la mujer, —eso…no responde a mi pregunta—dijo forzosamente con la voz ronca, llevó la mano a sostener el guardapelo, y la mujer vió aquella acción entendiendo que estaba tratando de serenarse, resopló observando unos segundos más al joven antes de proseguir, —Mi teoría estaba enfocada hace muchos años sobre ti, esperaba ansiosa que encontrarás sino a tu persona destinada, si a alguien que pudiera darte paz y tranquilidad, eso ayudaría a tu lobo a seguir quieto, a seguir bajo tus órdenes, pero cada vez me sorprende más, derribas todas y cada una de mis suposiciones— menciona tomando aire antes de seguir,—el lobo en tu interior está actualmente desgarrado, otro en tu lugar ya estuviera en una etapa de locura, o en el peor de los escenarios muerto, pero mirate, estas aquí, regresaste al lugar en donde encontraste paz desde que tu lobo despertó, no necesitas un destinado, no necesitas a alguien que te dé paz, te necesitas a ti mismo, tú eres la clave para seguir de pie, estás venciendo a tu lobo, eres muchísimo más fuerte de lo creíste, y ese guardapelo solo se asegura de que tu continúes de pie, debes mirar hacia delante, no necesitas más que eso—Ohm escuchó cada una de las palabras de la mujer, tragó en seco, asimilando cada palabra, su corazón latía, pero no se sentía vivo, era un muerto andante, y ¿esa mujer estaba diciéndole que esa era la manera en que tenía que seguir viviendo?

—Cuando un omega destinado a un alfa muere después de anudarse y de llevar la marca, el alfa también muere, pero se ha sabido de casos en los que el alfa encuentra un omega que le de paz, entonces, solo entonces puede sobrevivir—

—No quiero a ningún omega cerca de mi, ¿hay alguna otra forma de hacerlo?— preguntó apretando la mandíbula para no llorar, la curandera mordió su labio y bajo la mirada para no ver la vulnerabilidad de ese alfa del que sentía ya un gran respeto

—es otra de mis teorías, pero posiblemente puedas comprobarla, hay un libro en la biblioteca de  Beijing en la sección prohibida,  que se llama aromas de la tierra, ahí me hace suponer que si encuentras el sustituto de ese aroma que tu sabes te hace sentir pleno,  no requerirá ni siquiera de supresores para controlar tu celo, lo único de lo que dependerá será de aquello que emita ese aroma— Ohm sintió satisfacción, el aroma de Nanon era de los pinos de ese bosque, por un momento creyó que la situación estaba resuelta, pero después llegó un mítico recuerdo, fueron segundos, la noche que le ayudó con sus calores emitió un aroma fresco, a hierba, primero creyó que eran rosas, después pasó a tulipanes, pero realmente no dió con el aroma, sabía que se trataba de una flor, salió de sus cavilaciones, realizó una inclinación de cabeza y juntó sus manos de manera respetuosa como lo haría cualquier tailandes, —gracias por su ayuda—levantó la maleta tirada en el suelo y prosiguió su camino.

—Sé que lo harás bien, Ohm Pawatt— musitó la curandera, Ohm detuvo su paso y abrió muy grande los ojos, la curandera si sabía su nombre, y lo pronunciaba hasta ahora. 

—¿Eres el chico nuevo que recomendaron?— Ohm asintió con la cabeza, —Hay dos reglas que debes seguir en este mundo, nadie debe saber que eres un lobo, lo segundo, no puedes usar fuerza sobrehumana, evítala, si alguien llega a saber sobre tu identi...

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—¿Eres el chico nuevo que recomendaron?— Ohm asintió con la cabeza, —Hay dos reglas que debes seguir en este mundo, nadie debe saber que eres un lobo, lo segundo, no puedes usar fuerza sobrehumana, evítala, si alguien llega a saber sobre tu identidad; tendrás que mudarte a otro lugar—Ohm escuchó atento al hombre de nombre Singto, era muy joven para llevar una gran empresa de entretenimiento, hacía apenas unas horas que había llegado al mundo Beta, ahora después de tanto tiempo, iba a convivir en ese mundo, los lobos y los betas muy rara vez se juntan, la unión con los betas no está prohibido, pero sí está prohibida la reproducción, al menos eso depende de cada tribu pero recae la responsabilidad sobre el líder, un beta que tiene un hijo lobo debe ser entregado a la tribu del lobo, son reglas básicas que todo lobo sabe mientras viva en sociedad.

—¿cuál es tu nombre?—, interrogó, —Ohm Pawatt—dijo rápidamente haciendo una gran inclinación como saludo.

Ohm se había topado en la calle a un centenar de betas caminando aprisa, ninguno parecía atento, a ninguno parecía importarle lo que sucediera a su alrededor, era extrañamente silencioso, pesé que el ruido en las calles eran ensordecedor, autos po...

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Ohm se había topado en la calle a un centenar de betas caminando aprisa, ninguno parecía atento, a ninguno parecía importarle lo que sucediera a su alrededor, era extrañamente silencioso, pesé que el ruido en las calles eran ensordecedor, autos por doquier, charlas sobre chismes por donde volteara, pero eso extrañamente le agradaba.

Eonia alma [OhmNanon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora