O hala kalbinde Solimán

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—Por Allah, esto es delicioso ¿Qué es?— la princesa preguntaba al vendedor por el dulce que tenía en sus manos.

—Es dulce de Melocotón. Debe saber que es de lo mejor que se vende aquí

—Parece que le ha gustado mucho—Mehmed sonrió manteniendo su mirada en la princesa.

—Si, es muy rico. Sabe deme una más, las llévare.— Una vez terminó de comer aquel dulce el vendedor les entregó los demás que habían pedido.
Cómo era tarde los dos debían regresar al palacio antes de que el sultán se preocupara por ellos, en el camino, los dos platicaban un poco, para Ana, conocer sobre la dinastía era importante, no solo por las alianzas.

—Mi hermano Mustafa es el favorito del pueblo, hace un buen trabajo como gobernante en Manisa, así que no me sorprende que sea el futuro sultán.

—Alteza ¿Usted no aspira al trono?— Mehmed sonrió

—Como todo principe tengo esa aspiracion pero también se aceptar cuando alguien merece más las cosas. Además, yo confío en Mustafa. Se que si el llega al trono el imperio estará bien, también mis demás hermanos y yo.— Ana sabía sobre la ley Otomana, una vez un principe subía al trono debía asesinar a sus hermanos, le sorprendía la confianza que Mehmed tenía sobre Mustafa, pensó que ellos dos debieron ser muy unidos, aún así, no podía evitar pensar en si él príncipe Mustafa los dejaría vivir.

—Pero tienen tres hermanos mayores, no deberían asumir que Mustafa será el sultán. Yo conozco a sus hermanos desde hace tiempo, puedo decirle que son buenos líderes y muy buenos, si uno de ellos fuera el futuro sultán, seguramente los dejarían vivir.

—No conozco bien a mis hermanos pero eso cambiará pronto. Ahora que están aquí nos conoceremos y también confío en que son buenas personas, cuando llegaron aquí estaban más preocupados por estar junto a nuestro padre. Bueno, solo Allah sabe que pasará con el paso del tiempo.

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—Es un gusto tenerte de nuevo aquí Balibey, hemos teniendo algunas complicaciones, creo que sabe a qué me refiero.— Balibey asintió, la notícia de que el gran visir ibrahim pasha había sido ejecutado, él no hubiera regresado a la capital de no ser porque había una razón fuerte, el más beneficiado con la muerte del pasha era Rustem, no podía dejar todo en las manos de él. —¿Conocía a mis hijos?— Los tres hijos mayores del sultán se presentaron ante Bailey. —Mis hijos mayores Murad, Ahmed y Osman. Mis difunta Sultana Zahra era madre de ellos dos y Gülfem es la madre de Murad.

—Es un honor Altezas. Escuché la noticia de que los hijos pedidos de su majestad habían regresado, espero que Allah, les de sus bendiciones..

—Amen.— la puerta del lugar se abrió dejando ver a uno de los guardias.

—Su majestad, la sultana Raziye está aquí.— cuando escuchó el nombre, Bailey miró hacia la puerta esperando que aquella muchacha que antes había visto no fuera la misma sultana

—Que pase— Raziye entró al lugar sonriendo a ambos, su padre el sultán la recibió con un abrazo y un beso en su frente. —Raziye mi flor. ¿Ha pasado algo que te moleste?

—Solo un insolente en el pueblo pero ya pasó padre. Sümbul me dijo que mis hermanas estaba aquí y también, quería conocer a los pashas.
Rustem, un gusto verlo de nuevo.

—Igualmente sultana.

—Raziye, él es Balibey, estuvo fuera de la capital por un tiempo pero ya regresado, es uno de nuestros mejores guardias.
Balibey, mi hija Raziye, la flor más bella de este mundo, ella es mi cielo de cada mañana.

—Es un placer conocerlo Balibey.— Balibey asintió con un movimiento de su cabeza.

—El gusto es mío... Sultana Raziye.— Los príncipes pudieron notar la mirada de Raziye hacía Balibey, conocían bien aquella, el reflejo en sus ojos significaba que algo le había ingresado de su contrario pero aún más, su hermana solía estudiar muy bien a quien le interesaba, posiblemente, Balibey tendría que lidiar con ella mucho tiempo.

En cuanto a Balibey, no podía creer que se había interesado en la hija del sultán, nuevamente estaba metido en un lío de esos, primero con Mihrimah y ahora Raziye, la diferencia era que Raziye, le había interesado de verdad.