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—Todas las noches, cuando estábamos por dormir, Kahzarah me hablaba sobre usted madre.— Murad sentía como Gülfem pasaban sus manos por sus cabellos mientras que el estaba recostado apoyando su cabeza sobre su regazo, ese era un gesto que de niño disfrutaba mucho y ahora después de años, podía volver a disfrutar de las caricias de su madre. — Me recordaba que tenía que seguir viviendo, para poder verla.
Madre... Kahzarah, siempre me repitió lo mucho que te amaba.— Gülfem sabía de los sentimientos de Kahzarah, lo sabía porque el se había confesado antes de irse, ese día supo lo que era sentirse amada de verdad, pero no volvió a verle después de esa despedida, Allah no les había permitido verse una vez más.

—Nunca pude responder, y no podía corresponder los sentimientos de Kahzarah, aún cuando el siempre cuidó de nosotros, mi corazón no podía permitirse amarlo, no estaba bien. Pero me hubiera gustado verlo de nuevo, poder agradecer todo lo bueno que el hizo, por cuidarlos. Ahora Kahzarah está junto a Zahra, pueden descansar de este mundo cruel.
Murad, ahora solo queda vivir, luchar por mantener una vida juntos, de recuperar el tiempo en el que no estuve a tu lado, así que no me culpes si vuelvo a tratarte como a un niño.

°

Mihrimah tocó la puerta de los aposentos de su hermana, cuando está le permitió pasar se adentro en la habitación mirando como Raziye tejía un poco para pasar el rato.

—Sultana...— Raziye dejó a un lado las cosas de costura para extender su mano hacia Mihrimah.

—Mihrimah ven a mi lado.— la menor de las hijas del sultán se apresuró a tomar asiento a un lado de la mayor. —Dime ¿Necesitabas algo? ¿Quieres hacerme compañía?

—En realidad no Sultana, vengo por otro asunto.
Se trata, de Balibey.

—¿De Balibey?— Raziye no entendía el interés de su hermana por ese hombre que antes ya había visto en varias ocasiones. —¿Qué sucede con él? ¿Pasó algo que sea grave?— Mihrimah dudo un poco pero pocos segundos después prosiguió con lo que iba a decirle.

—Vengo a advertirle— la curiosidad de Raziye aumento aún mas.  — debe tener cuidado con él sultana, es un buen hombre pero es famoso, especialmente con las mujeres del pueblo... Bebe mucho y se la pasa buscando mujeres, Sultana no debería relacionarse con un hombre así

—Mihrimah ¿Por qué me dices esto tan derrepente?

—los he visto sultana. Han estado muy juntos, la manera en la que interactuan, está mal, no es apropiado para la hija mayor del sultán. Si su majestad se entera podría llamarle la atención.— Raziye Sonrió, el repentino cambio de Mihrimah era más que evidente, no sabía si era su imaginación, pero aquellas palabras de Mihrimah, sonaban a una mujer celosa.

—Mihrimah, se tratar a los hombres. Además, mi intención con Balibey no es otra más que de política. Es un excelente servidor del imperio es todo

—Sultana las dos sabemos que no es así, no puede negarlo, Balibey la tenía demasiado cerca, sus manos estaban....

—Eso no es de tu incumbencia, Mihrimah. — pese a la voz suave de Raziye podía hacerse notorio que estaba poniendo su lugar como la hermana mayor. — Lo que pase entre Balibey  y yo, no debe hacerte pensar. Ahora por favor, Mihrimah, creo que deberías regresar a tus aposentos.— Mihrimah asintió.

Una vez la habitación se quedó sola Raziye pensó un poco las palabras de su hermana, tenía razón, se había acercado un poco a él y su interacción podría ser confundida con otras intenciones.

—¿Y no tengo otras? Pero.... Mihrimah también las tiene.— la puerta de los aposentos se abrió nuevamente está vez una de sus ayudantes entro.

—Sultana, su majestad ha solicitado su presencia.

Raziye camino por los pasillos del palacio hasta estar en el lugar de trabajo del sultán, su presencia fue anunciada y entonces se le permitió pasar.

—su majestad— dijo a la vez que hacía una reverencia.

—Raziye, mi cielo.— Solimán beso la frente de su hija y sonrió ampliamente. —Estaba esperando por ti, ven acercate.— Solimán tomó asiento y de inmediato Raziye se sentó a un lado de su padre.

—¿Necesita algo de mi su  majestad?

—He pensando, querida hija, ha pasado muchos años, eres toda una mujer ahora, debiste contraer matrimonio hace años.— Raziye sonrió, ciertamente, a su edad, era considerada una mujer mayor, a diferencia de su hermana que estaba en plena edad de la juventud, ella ya debía de haber tenido una familia. —Estuviste todo este tiempo con tus hermanos por lo que entiendo que no hayas contraído matrimonio antes y me alivia, no cualquiera merece tener a mi hija, la luz de mis ojos.
Eres más valiosa que cualquier joya, solo un buen hombre merece la dicha de tenerte a su lado.

—¿Qué quiere decir padre?

—He escogido a un buen esposo para ti.— Raziye no pudo evitar sentirse nerviosa, no estaba lista para eso, nunca se vio casada, pero no podía ir contra la voluntad de su padre, además, estaba consciente de que un matrimonio podía darle beneficios y no solo eso, algún día sus hermanos formarían una familia, ella debía hacerlo también. —Balibey es el marido perfecto para ti.

—¿Balibey?

O hala kalbinde SolimánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora