O hala kalbinde Solimán

7

—Todo esto es un poco extraño. Lamento que mi comportamiento sea extraño y tal vez, llegue a ser grosero.
Pero entiéndame, yo... Había crecido como la única hija del sultán Solimán, pensé que era la única y derrepente, tengo una hermana mayor y, tres hermanos mayores más esto es, una noticia impactante.— Mihrimah era sincera son sus palabras y eso era lo que Raziye querría, ella sabía que si quería tener una buena relación con el resto de sus hermanos, debía empezar con su hermana Mihrimah.

—La entiendo, y le pido nos disculpe por hacerles pasar esto. Pero no tuvimos opción, cuando nuestra madre murió, nuestra vida estuvo en peligro.
Conoces a Mahidevran, has vivido bajo el mismo techo que ella..

—¿Qué tiene que ver la sultana Mahidevran con ustedes?— lo primero en lo que pensó Mihrimah, es que sus hermanos mayores podrían estar de lado de Mahidevran y Mustafa, eso significaba un peligro para ella, su madre y sus hermanos.

—Mi madre y ella, eran hermanas. Mi madre fue la favorita de nuestro padre por mucho tiempo, mientras Mahidevran estaba bajo el cuidado de mi madre junto a mi tío. Pero, cuando mi madre falleció, Mahidevran aprovechó la situación.
Todos en el palacio siempre dijeron que mi padre había buscado a mi madre en ella, y tenían razón. Lamentablemente, en el rostro de Mahidevran veo a mi madre— Mihrimah miró fijamente a Raziye, ahora que la analizaba bien podía verlo, el parecido con Mahidevran era notorio si la mirabas con atención. —Y nosotros se lo hicimos saber, Mahidevran no fue mas que un remplazo, ella planeaba deshacerse de mis hermanos y de mi, nuestra salida, fue huir.

—Pero... ¿Por qué huir? Pudieron comunicarle a su majestad

—Eramos solo unos niños Mihrimah. Teníamos 6 años y Osmán era solo un bebé. La salida que nuestro tío encontró fue esa... Desde entonces vivimos ocultos, yo tuve que crecer demasiado rápido para que mis hermanos  estuvieran bien, ¿Puedes entenderlo? Mihrimah... Hermana.— Mihrimah pensó un poco pero finalmente asintió moviendo su cabezas, ella podía entenderla, por la seguridad de sus hermanas, también habría hecho lo que fuera por mantenerlos con vida. —pensé en todas las dificultades que se vendrán... Junto a mis hermanos hemos hablado de la situación. Mihrimah, nuestra madre, nos enseñó a querer a nuestro hermano Murad, nos enseñó a qué el trono, no debía interponerse en nuestro cariño... Es por eso, que queremos hacer una alianza.
Quiero, que la sultana Hürrem sepa que no somos una amenaza para ustedes, al contrario.— Raziye soltó un suspiro. —queremos ayudarle, mientras ella, nos asegure que mis hermanos estarán con vida, porque, la lealtad, es lo que más importa.— Mihrimah sonrió, entendía esas palabras.

—Sultana... Hermana. Puedo ver qué tus palabras son sinceras,  te ayudaré. Hablaremos con mi madre. Ahora, me presento como tú hermana menor, por favor... Seamos unidas— Raziye abrió sus brazos recibiendo a Mihrimah en un abrazo sincero por ambas partes.

....

Los caballos solían trotar muy rápido y eso le había preocupado al príncipe Mehmed, pero al ver la manera tan correcta en la que la princesa Ana cabalgaba, si preocupación se había retirado casi por completo.
Había perdido un juego de flechas y como siempre, el sabía cumplir con su palabra, era por eso que ahora se encontraba cabalgando detrás de ella.

—alteza comenzaré a creer que es lento— Ana no podía dejar sus bromas, el príncipe debía conocer como era ella. —¡Vamos alteza, la presa se escapa!— detrás de aquel venado.

—princesa no me subestime.— el príncipe lanzó una flecha logrando herir al venado, Ana lanzó la otra para terminar de inmovilizarlo.

Mientras tanto, Murad, Ahmed, Osmán y Mustafa miraba aquello atentos

—Si me lo preguntan, creo que nuestro padre, debería nombrar a Mehmed como el esposo de la princesa Ana.— Murad rió un poco

—Si, también lo creo, nosotros la vimos crecer es como una hermana, así que Mehmed sería el más adecuado. ¿Que opinas tú Mustafa?

—¿Yo? Bueno, la princesa es, muy hábil y bella, si les soy sincero creo que encantaría a cualquiera. Si mi hermana no acepta yo podría hacerlo— los cuatro rieron ante el comentario, realmente, Mustafa no lo decía enserio, pero si el llegaba a ser el elegido. No dudaría en aceptar.

—Usted me sorprende cada vez más princesa.— Ana sonrió mientas ayudaba a Mehmed con la presa. —No pensé que vería a una mujer tan buena en el manejo de las armas, hacía mucho tiempo que no veía a una.

—Bueno alteza creo que nosotras también podemos manejar estás armas, si no los proponemos podríamos vencer en la guerra a nuestros enemigas.

—Si todas las mujeres son inteligentes como usted o mi madre, sin duda deberíamos temer.
Princesa... Lamento mucho lo que pasó en nuestro primer encuentro, no me porte muy bien y reaccioné mal.

—No tiene que preocuparse... Lo perdonaré, con una condición.

—¿Condición?

—Tambien me gustan los paseos... Si no es molestia, quisiera visitar el pueblo.

—Como usted lo desee princesa Ana